lunes, 18 de mayo de 2020

YA VAMOS PARA CINCUENTENA?


            Cómo pasa el tiempo y ya el tiempo se evapora a mi vista, no sé si es martes o domingo, lunes o jueves, si es abril o junio, da lo mismo, porque ahora todo da lo mismo a pesar de que no es lo mismo.

            Con todo he llegado a mis conclusiones luego de este largo encierro, que aún parece que perdurará por unos meses más.

            He leído y oído tantas opiniones, tantas versiones, que ya decidí no creerle a nadie, por muchos títulos y pedigrís tenga quien los diga, parecieran que todos son abogados, todos opinan con o sin razón, todos la tienen, ninguno la tiene. Tanto que es difícil comparar NY con Pitalito, con Suecia que tiene no sé cuantos kilómetros cuadrados por habitante que comparativamente con NY o Hong Kong no son comparables, ni con ciudad de Méjico ni Bogotá.

            Otro factor es la ignorancia e improvisación de quienes nos gobiernan, demostraron incompetencia para gobernar mientras otros aprovecharon para hacer negocio.

            Y el otro factor adicional, la gente. Una ignorante y otra que se las da de avispados, porque para eso sí no hay prójimo. Predeciblemente impredecible.

            Con todos estos elementos hay un caldo de cultivo interesante para la anarquía.

            La solución? Ninguna o un buen dictador ilustrado, que no lo hay en este mundo, pues tanto Putin como Trumph son lo uno pero les falta lo otro. Es decir, solución colectiva no la hay.

            Aunque puede haberla en cuanto hubiera conciencia de la responsabilidad de uno mismo, de tomar al menos las más mínimas medidas de protección, para no contagiarse, para no contagiar. Tener distancia social. No salir por salir, aunque a mi edad necesito de la vitamina D del sol, por salud y para ver el cielo, por salud mental. Salidas cortas y lejos de la plebe. Uno no soluciona el mundo, pero al menos razonablemente soluciona su mundo, que en últimas es lo importante.

            Y superar el miedo. Que si tenemos que ir al médico rutinariamente, pues vamos; que si nos toca ir a un lugar obligatoriamente, pues vamos, con las medidas de prevención necesarias. Que nos podemos contagiar? Sí, pero aún estando en la casa podemos contagiarnos, al tocar cualquier bobada no prevista. El peligro está a la vuelta de la esquina, nadie está exento y por ello todo se reduce a la precaución y no al miedo. Hemos de morir, todos lo sabemos, pero no sabemos cuándo ni cómo, y mientras llega sigamos viviendo saludablemente, sin temor y con una sonrisa. Con eso basta.

Admito que la frasecita sobre los sueños no está nada mal, pero frases como ésa sólo son verdaderas en los libros: en la vida, son falsas. La vida es endemoniadamente más complicada, créame.(1)

Tomado de Google. ER-1tnXW4AAMyZi


[1] Alessandro Baricco. Esta historia.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario