lunes, 11 de mayo de 2020

INQUIETUDES


            Hay noticias que lo dejan a uno pensando. Leí que el cuarenta por ciento de los muertos murieron sin saber que el culpable era el coronavirus, sólo lo supieron cuando les hicieron la autopsia.

            Para hacerse la prueba particularmente cuesta doscientos cincuenta mil pesos en Bogotá, se demora dos días y no hay seguridad de que se tenga o no, pues hay que repetirla –según he deducido-. Y el titular de prensa dice: Conozca dónde y cómo puede hacerse la prueba del covid-19 en su ciudad(1). Eso dice el titular, pero el noventa por ciento del artículo es blablablá y termina mencionando un solo laboratorio que lo hace en Bogotá.

            Lo que me queda claro es que a quienes están en la rosca se la pueden hacer todos los días o preguntemos en la Presidencia, para salir de la duda de qué tan cierta es la afirmación. O hagan el intento y pregunten en las líneas habilitadas si pueden hacerle la prueba y me cuentan.

            Conocí de primera mano, por tanto no es chisme, de alguien de tercera edad que llamó por una fiebre alta, producida por una enfermedad que tiene de hace varios años, es decir con sintomatología bien conocida, no por coronavirus. Llegó una ambulancia con, al parecer, todo el protocolo del virus. No le tomaron signos vitales, no escucharon sintomatología, no preguntaron por enfermedades anteriores, simplemente para la camilla y nos vamos. A dónde? A Chía. Por qué allá? A dónde de Chía? Sin respuesta por parte de los responsables. Sin acompañante, se va. Agregaron. Pero por qué no le hacen la prueba del virus? Sin respuesta. Al menos precisen a dónde lo llevan. Más mutismo. Nos lo llevamos y punto. La familia no permitió su salida ante tanta vaguedad. Creo que hizo bien. Acaso Bogotá no tiene la capacidad instalada suficiente? Dicen que solo se ha ocupado el treinta y pico por ciento, por qué a Chía? A la ambulancia le pagan más si lo llevan allá? Me pregunto yo. Acaso pagan más si se trata de traslado por virus? Me sigo preguntando. Lo mínimo que debían decir era al sitio exacto a dónde lo llevarían? Siendo un anciano enfermo no debería tener un acompañante, por lo menos para firmar papeles? Una atención bastante dudosa, por decisiones de unos camilleros? O los llevan a Chía para que allí mueran y luego de la autopsia confirmar si fue o no por el virus? En este país de desconfiados es mejor desconfiar, uno nunca sabe. Efectivamente la fiebre no era de coronavirus sino de la enfermedad padecida, aunque tampoco le hicieron la prueba.

            Lo que me llama la atención es que en el gobierno ya tienen todos los protocolos, para todo; tienen previsto, al parecer, todo. Pero por los comentarios que uno escucha pareciera que la realidad es otra, en la práctica los protocolos son solo documentos, que en el papel aguanta todo, siempre ha sido así. Para ellos las pruebas contra el virus están a su alcance, -y esos no es ni siquiera el uno por ciento del total de población-, mientras que para el resto, a pesar de la ciencia, échese la bendición y cómase unos cuantos rosarios, no hay de otra.

            Y cuando todo pase, al menos yo, si no me he muerto, nunca sabré si tuve el virus, si soy o fui portador, ni menos aquellos que me rodean; solo sabré, a título de historia, que fui parte de un coronavirus catalogado como pandemia, pero del que nunca supe la verdad de qué, cómo, ni cuándo, pues fueron muchos los cuentos que oí, muchos chismes que compartí, muchas verdades dichas a medias, falsedades que pasaron por verdades y una sonrisa maliciosa que me permitirá pontificar dentro de algunos años, si no he muerto antes.

No daba consejos, porque según su experiencia era una pérdida de tiempo, cada uno comete sus propios errores y aprende de ellos(2). O no aprende, agrego yo.

Tomado de Facebook.
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(2) Isabel Allende. La isla bajo el mar.

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