La pandemia nos ha dejado una buena lección. Este mundo es un circo y los payasos y malabaristas son sus dirigentes. Despiste, improvisación, sí pero no, no pero sí. Todo un circo y ya vamos para un año de circo, así no nos hayan dado pan. Es de entrada gratuita, porque todo da risa. Desde el payaso principal hasta los enanos que hacen de sus áulicos, aplaudiendo toda esta improvisación. Que los contratos son secretos (risas y uno que otro aplauso), pero que hicimos un buen negocio al ser el comprador solo el estado, hicimos el negocio del siglo, compramos vacunas a 40 (risas, carcajadas al saber que a otros se las vendieron entre 2 y 20) y no pasa nada porque el público está para reír y aplaudir.
Ahora
con las vacunas nos enfrentamos a la segunda parte del circo, los mismos
payasos, los mismos enanos, el mismo público y la misma estupidez, con las
mismas risas y aplausos.
Que
en el camino se perdieron unas vacunas (risas), pero que no se perdieron sino
que estaban mal empaquetadas (más risas), que no, que de cada dosis se deja un
poquito y que de cada cinco sale una más (carcajadas). Y eso solo empezando la
función.
El
siguiente acto, salen los enanos folclóricos, que yo primero (risas), que
zancadilla para colarse (carcajadas), que usted no sabe quién soy (más risas) y
todos felices (risas, risas y más risas). Salen unas payasas disfrazadas de
viejitas, (carcajadas de solo verlas), que nosotras tenemos prelación para la
vacuna (risas) y tras ellas salen unas viejas diciendo: que yo soy la mujer del
ministro, pues yo soy la mamá del viceministro (carcajadas al ver esas
verduleras), todas tratando de ser las primeras. Que yo soy doctor y los
médicos primero (risas porque se trata de un cirujano estético y el otro es radiólogo,
supongo). En el fondo, los payasos venidos a menos, esperando su turno de
salida a los que desplazaron para que los más importantes sean los primeros
(carcajadas, porque en el circo la tristeza también produce risa).
Y
no estoy hablando de Colombia, ni más faltaba. Estaba mencionando algunos de los
casos de Perú, Chile, Brasil, Bolivia, Estados Unidos, Francia, España (y también
de Colombia, para qué voy a decir que no si sí). La lista es larga, como
cuentan las noticias:
https://www.pulzo.com/nacion/perdida-vacunas-contra-covid-19-hospital-explica-perdidas-PP1033510
https://www.pulzo.com/nacion/vacuna-contra-covid-19-llego-abierta-otras-dosis-no-aplicaron-PP1033525
https://www.las2orillas.co/caricatura-colombia-un-pais-disenado-para-robar/
https://www.las2orillas.co/es-verdad-que-faltan-208-vacunas-matador/
No me las he inventado, las copio para
que no digan que soy un resentido o un petrista desgualambilado, que son los
expertos en distraer.
Y esa es la función, saliendo por
último las autoridades engalanadas, serias, pero con sonrisa picarona: investigaremos
hasta las últimas consecuencias (carcajadas del público y aplausos, muchos
aplausos). Y eso que no hablé de las vacunas falsas y de las que se están
robando para la venta en Internet.
Y yo, mirando de lejos ese circo,
viendo cómo cada día mi posible cita se aleja más de mí, pensando que este año
no me va a tocar (risas y aplausos) y que la segunda dosis sabrá Dios cuándo me
tocará (carcajadas, risas, aplausos y euforia total). Hay que esperar a la
próxima función, que no tardará en llegar, eso es seguro. Solo espero no
morirme antes de la segunda dosis y de ser así, con la esperanza que en el
cielo no me pidan el carné de vacunación (aplausos!)
La Guardia di Finanza se ocupaba de asuntos
como aquel y comprobaba que no hubiese irregularidades, aunque en la madeja de leyes
italianas siempre había la manera de encontrar anomalías de un tipo u otro. «Haz
las leyes para tus amigos, pero impónselas a tus enemigos». ¿Cuántas veces en la
vida le habían explicado ese principio de supervivencia? [1]
No hay comentarios.:
Publicar un comentario