miércoles, 5 de mayo de 2021

DEL RECUERDO

(Le) entretuvieron (...) con historias de viejas (recordaciones), adornadas y pulidas como suele suceder con los recuerdos del pasado.1  
 

Esa cita me llevó a pensar en mi recuerdo. En ese largo pasado que llevo a cuestas, bueno, malo, regular, simplemente pasado, como todo el mundo lleva. 

 

Traté de imaginarme algo ocurrido hace cinco años. Tomado así desprevenido, nada se me vino a la cabeza y eso que fue hace cinco. Lo intenté con algún recuerdo de 2011, igualmente en blanco. Traté de intentarlo con diez años de diferencia hacia atrás, pero nada. Y en cada uno de esos años debió haber pasado algo, bueno, malo o regular. Pero ninguna imagen vino a ayudarme. Me acordé de las películas de detectives cuando a uno le preguntan qué estaba haciendo la noche de tal fecha o cuando se está testificando y le preguntan en dónde estaba la noche de un jueves de hace dos años. Qué va a recordar uno, por más memoria fotográfica que se tenga, genialidad que solo se le permite a unos cuantos y qué puede recordar un mero mortal como uno que no puede precisar qué estuvo haciendo ayer a las 9 y 35 de la mañana? 

 

Cosa diferente es cuando uno trae el recuerdo y dice: cuando era niño... o cuando estaba en la universidad... Son recuerdos sin fecha, solo con una referencia que orientan un pensamiento de lo bueno, malo o regular que le acaeció en algún momento que se acerca a esa fecha. Es más, el recuerdo no recuerda día, mes ni año y menos la hora. Dicen que es la selectividad del recuerdo, no me consta, pero eso dicen los que saben. 

 

Y como cosa curiosa, tal como anota el comentario inicial, al no tener un recuerdo claro (o al haberlo olvidado expresamente), ese recuerdo se adorna y se pule con hechos que tal vez, lo más seguro, que no pasaron. Si fue doloroso, el recuerdo se encarga de amortiguarlo o atizarlo; si fue bueno, le echará la sal de la vida, para hacerlo mejor, más placentero, más vigoroso de lo que realmente fue, tal vez para insuflar más el ego y sacarle una sonrisa al recuerdo. Si fue algo regular, pasa desapercibido, porque esos momentos no son para guardar, me digo. 

 

Por eso, tal como inicié, la respuesta llega con: 

 

 

—No vuelvas la vista atrás, (...); aparecen demasiados remordimientos.2 


Y no es hora de recular! Mejor deje así... 


Tomado de Facebook

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(1,2) Los coleccionistas. David Baldacci. 

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