Con los problemas del paro iba en el taxi y el taxista puso conversa, hablando de todo lo malo del paro, del descontento de la gente, que se tiene que tumbar la ley de la salud, que mire Jota Mario cómo lo echaron por criticar, que para dónde vamos.
Cansado de
la retahíla, pues acostumbro mis viajes en silencio, al hacer alusión a Jota
Mario, quien no era de mis quereres por boquisuelto, me acordé de todos
aquellos que habían echado del puesto por patear la lonchera. Y me aventuré a
preguntarle qué haría siendo el dueño del taxi, si el conductor contratado
empezaba a hablar del patrón y sólo le quedó como respuesta la esperada, pues
echarlo.
Y seguí
pensando en voz alta, al oírle que había que tumbar a Duque. Y le pregunté, qué
pasa si se tumba a Duque. No moduló palabra. Le dije entonces que subiría Marta
Lucía, de acuerdo con la Constitución, pero qué pasa si también la tumban? Su respuesta
fue igualmente silenciosa. Digamos que se tumba a este gobierno, quién sube? Que
no sea la escala constitucionalmente establecida. Los militares? Tendríamos un
gobierno de golpe de estado y sería bueno? Silencio, fue su respuesta. Y
agregué: qué tal que subieran los que están pidiendo el golpe de estado, qué
pasaría? Más silencio. En todos estos casos, los inconformes de uno u otro lado
generarían más malestar, más caos, por lo previsto. Entonces, tumbar un
gobierno es la solución?
Y me atreví
a seguir pensando en voz alta. Cualquiera que suba al poder necesita plata y al
parecer con los impuestos que actualmente se recaudan no alcanzan para todo,
por lo que obligatoriamente el que suba, no importa cuál, necesita de esa plata
para sostenerse y me pregunto de dónde la van a sacar? Pues de los impuestos,
es la única respuesta, pues ya quienes le prestan al país no lo harán tan
fácilmente, existe lo que se llama riesgo país, con lo cual todas las
calificaciones se bajan por ese golpe de estado y nadie estará dispuesto a subsidiar
este pueblo y menos en esa situación, salvo que les vendamos la patria a
gringos, rusos o chinos. Entonces, me pregunto, la solución es un golpe de
estado?
Y el peor
escenario, luego del golpe, no es entrar en un caos total, al menos
inicialmente, mientras se consolida el que está en el poder? No es fácil tener
una solución y viendo los casos históricos, la guerra civil o el desorden
generalizado no nos llevará a ningún lado, como país.
Sin darme
cuenta había silenciado al quejoso taxista que, no está por demás, era como
cualquiera de nosotros, que no habíamos leído las propuestas (no las del paro
que, como en todo pliego, hay que pedir imposibles para empantanar un buen rato
el diálogo). Sólo pude verle la cara dubitativa al verse sin respuestas, salvo
la de tratar de patalear sin argumentos, como solemos hacerlo cuando nos vemos
perdidos.
Y hoy, en
mi soledad, me pregunto si la solución es sacar a nuestros gobernantes de un
plumazo, si vale la pena arriesgarnos a un conflicto armado interno. La
respuesta no es fácil, nada fácil y lo que es peor, es que puede que no haya
respuesta, al menos para hacer mejor este país. (A pesar de que el pequeño
dictadorzuelo que tengo dentro diría que lo intentaría, pero eso sí, con la
certeza de que debería tomar medidas radicales, sin pensar en los daños
colaterales, que serían igual de graves a la solución que se adoptara).
Por eso,
sigamos imaginando qué pasaría si…
Por tu bien, que cada noche te ilumine la
luna, que no sientas nunca dolor, que todos los días te ilumine el sol, esto es
lo que yo te deseo, desde hoy hasta que Dios quiera. Grazia Deledda. [1]
No hay comentarios.:
Publicar un comentario