lunes, 6 de septiembre de 2021

AJÍ

             Me ha llamado la atención últimamente la necesidad de que todo tenga ají, en diferentes proporciones. Aunque para la juventud de hoy, entre más picante más rico, dicen ellos.

 

            Sin embargo, el picante, utilizado de forma desmedida como lo hacen los jóvenes, lo único que logra es ocultar la esencia misma de lo que se está comiendo. Lo mismo pasa con la hamburguesa, en cuyo caso y en mi caso, con el relleno de salsas sí busco ocultar el sabor de la carne de hamburguesa que sola no es precisamente muy apetitosa, particularmente en las grandes cadenas, y si no me creen, coman una hamburguesa sin pan, ni rellenos, ni salsas, es la carne más desabrida y deshonesta que hay -se salva una que otra llamada artesanal-, por eso, cuando como hamburguesa, la relleno de salsas, para ocultar ese sabor de carne que sola no pasa el examen.

 

            Pero bueno, siguiendo con el ají, una cosa es echarle un tris de ají, para darle cierto encanto a la comida y otra diferente es atragantarse de ají, hasta el punto del lloriqueo y del lagrimeo consabido. Así simplemente se está ocultando todo o será que sólo lo hacen para sentirse valientes? Aunque pensándolo bien, resulta el símil con la vida, para sentirse valientes hacen cosas que ocultan las realidades, tanto como la hamburguesa.

 

            Ya decía el sabio dicho de mi papá: bueno es culantro, pero no tanto. Aunque todo se reduce a cuestión de gustos.

 

            En fin, pareciera que todo tiene su trasfondo, bueno o malo. Hay que ponerle entonces ají o sal a la vida, para darle un vuelco -en el cual podamos ocultar lo que no queremos ver-, ya que no podemos contra la vida misma.

 

Existen ocasiones en las que es mejor hablar y no dar nada por sentado. Pero también existen ocasiones en las que es mejor callarse porque hay algo impalpable y valiosísimo suspendido en el aire y tus palabras podrían dispersarlo en un instante.
Son dos conceptos simples. Lo difícil es saber cuándo aplicar una regla y cuándo otra.[1]

Tomado de Facebook
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[1] Las tres de la mañana. Gianrico Carofiglio.

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