viernes, 14 de abril de 2023

SISTEMA CARCELARIO

                No sé si soy extremadamente inteligente o el gobierno demasiado bruto (y no hablo de este en particular, que presiento que lo va a ser, sino en general incluyendo los que han pasado). Hablo de cárceles y sistema penitenciario.

                 Cada tanto se hacen rondas dentro de las cárceles y siempre se encuentran lo mismo. Presos con cuchillos y navajas y hasta armas, por parte de los más osados y con más plata. Se encuentra trago, televisores, celulares, droga, de todo tipo (aunque parece que poco de libros, pero no se puede pedir peras al olmo). Es decir, dentro de las cárceles es un verdadero Sanandrecito, donde se compra y vende de todo, más que en la calle. Es una verdad que se lee con confianza en los periódicos y que no sonroja a nadie, lo que hace que me sienta más inteligente que el gobierno, que pretende sanear la situación a punta de estudios que realizarán sus amigos (de dentro y de los de afuera, según lee uno en entrelíneas en el actual), para terminar diciendo lo que yo, como lego que soy, les puedo decir gratis. No es que los presos salgan a comprar esas cosas (aunque hay casos en que se ha llegado a comprobar que sí ocurre), ni que los parientes les tiren las cosas por la tapia, es que los que vigilan la cárcel lo permiten o son los proveedores, ergo, la corrupción es de los vigilantes (tal vez, solo tal vez, puede que haya uno que otro honrado, aunque lo dudaría), allí radica el problema y no se soluciona con el cambio del nombre de la institución, como se ha pretendido hasta ahora. Tanto que si se paga bien, hasta prostitutas pueden entrar, cualquier día y sin tener que hacer mucha cola, de aquella que hacen las personas menos acomodadas (eufemismo por pobres) y a las que se les registra hasta los pensamientos, pues para ellos sí se aplica el llamado protocolo. La solución debe ser radical, cambiando a todos los vigilantes, desde la cúpula hasta el que abre la puerta, porque por ahí es por donde entra la podredumbre y buscar gente honrada, que la hay.

                 Lo curioso es que el paganini resulta ser al que nombran de director; en los últimos seis meses se han removido ocho directores de prisiones[1], eso es muy diciente. Desde que no les dé por privatizarlas porque ahí apaguemos la luz y vámonos, pues la experiencia gringa, ejemplo para la humanidad, ha demostrado que fue peor el remedio que la enfermedad.

                 El mal parece endémico y como tal, sin cura y moriré y nada ha pasado, lo que habrán pasado serán ene número de directores, mientras el portero no quiere jubilarse para no perder la entrada adicional al sueldo que el cargo le provee y la ventaja de estar afiliado a uno de los miles de sindicatos que tiene la institución (nunca he entendido por qué se permite que en una misma empresa coexistan tantos sindicatos, aunque lo cierto es que a los sindicatos igualmente les tengo fobia, si he de confesarlo sin rubor).

De esa manera, se va creando una idea en el resto de la sociedad de que cumplir con la Constitución y la ley no paga, y el contrato social que nos mantiene unidos como Estado se deteriora y se vuelve letra muerta. (…) ¿Qué incentivo puede tener un ciudadano para respetar la ley si la costumbre es que infringirla se perdona? ¿En qué momento la cultura de la ilegalidad terminará minando por completo la cultura de la legalidad?[2]

Tomado de Google
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[1] https://www.wradio.com.co/2023/04/03/ocho-directores-de-carceles-han-sido-removidos-en-los-ultimos-meses/

[2] https://www.elcolombiano.com/opinion/editoriales/cuando-el-crimen-se-envalentona-ID20989450


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