No
nos podemos oponer a los avances tecnológicos, suceden porque suceden, así uno
no lo quiera. En algún momento pensé que cuando no tenga tema para escribir,
simplemente le digo a la inteligencia artificial que se encargue de hacerlo por
mí, ya que la pereza me pudo.
Para
el efecto basta con señalarle los parámetros que debe tener en cuenta para
escribir lo que sea. En mi caso, los parámetros serían: blog, no más de una
hoja tamaño carta, un tema determinado, incluir sarcasmo e ironía, un poco de
mala leche y un chiste malo. Y como por arte de magia saldrá el respectivo
escrito y como es inteligencia artificial, a más escritos que encargue más va
conociéndome y supongo que irá mejorando la redacción. Algún día lo intentaré,
quien quita que me quite la maña de estar escribiendo bobadas y me vuelva
inteligente gracias a un escritor fantasma.
Esto
me llevó a pensar que los escritores, los verdaderos escritores, se irán
desvaneciendo en el tiempo pues ya para escribir un tratado o una novela
bastaría con darle parámetros a la inteligencia artificial y ella se encargaría
de darle vida a una historia que no pudo ser escrita por algún ser humano. De
lo que se perderá la humanidad, inteligente, claro está.
Y
ahora, en aspectos de arte, una máquina puede reproducir fielmente un cuadro
famoso, basta con la computadora y la impresora, eso es todo. Y la creatividad
será dada a la inteligencia artificial que, tal vez, logre superar al ser
humano artista y de lo que se perderá la humanidad, inteligente, claro está.
En
otros aspectos, esa inteligencia sería interesante. Como por ejemplo, que
desaparezcan los jueces y sea un computador el que decida, porque será objetivo
(dadme los hechos y os daré el derecho, dijo alguna vez Ulpiano, si mal
no recuerdo). A menos, claro está, que se deje sobornar con una reprogramación
adulterada, que es otro cantar. Pero sería más interesante la justicia, de eso
estoy seguro. Y oportuna, para más piedra.
Así
que, aunque ya lo están haciendo algunos, vale la pena pensar lo que harán las
próximas generaciones cuando se vean invadidas de inteligencia artificial, pero
con lo perezoso que es el ser humano, ni le parará bolas; aunque también, con
lo tramposo que es, le meterá la mano para hacer de las suyas. Vaya uno a
saber.
Claro,
todo son disquisiciones vacías de un anciano desocupado.
Cada
libro, cualquiera, es insustituible, cada uno tiene una palabra, una frase, una
idea que espera por su lector.
Tomado de Facebook
419862180_893700878924777_5385568042394796496_n
No hay comentarios.:
Publicar un comentario