miércoles, 3 de enero de 2024

INTANGIBLES

                 Pensaba en la bolsa de valores. Solo manejan intangibles, cosas inexistentes que existen.

                 Juegan con valores que a pesar de poder ser reales no lo son a la vez. Por ejemplo, negociar con futuros, ahora no existen pero pueden llegar a existir y cuando existan ya son de otro.

                 Y lo mejor de todo es que con ello se arruinan o se enriquecen unos cuantos, aunque son más los primeros, los segundos saben dónde ponen las garzas -porque pueden manipular el mercado, de antemano, sobra decir-.

                 Pueden evaporar una empresa, que sí es real, con empleados, con productos con una sola llamada, es decir lo real lo vuelven intangible, lo vuelven invisible.

                 Pero bueno, resulta que lo irreal de los papeles es que tienen una realidad, vaporosa, evaporable, pero son papeles que pueden dar poder.

                 Es una manera de manipulación de la realidad, cual magos, con cara gano yo, con sello pierde usted, parece ser el lema de los corredores de bolsa.

                 Es decir, todo un galimatías (partiendo de la base de que no sabía de qué otra cosa escribir). Aunque eso me llevó a pensar en otro intangible, el pasar de un año a otro, sin el calendario el 31 de diciembre sería lo mismo que el primero de enero, un día más, un día cualquiera, pero el imaginario hizo de esas fechas algo especial que se quedó atávicamente y resultan ser días especiales, sin serlo. Cosas de la vida, me repito.                                            

Y se repitió la interrogación que se hacía con inquisidora insistencia: ¿quién coño trabaja en este país? Como siempre, se quedó sin respuesta.[1]

facebook_1702349205345_7140170081375490911



[1] La transparencia del tiempo. Leonardo Padura.


No hay comentarios.:

Publicar un comentario