viernes, 12 de diciembre de 2025

JAMÁS, JAMÁS

             Una pregunta que jamás, pero jamás de los jamases se debe hacer bajo ninguna circunstancia, lo que permitirá una mejor subsistencia. Y menos hacerla a una mujer, aunque me califiquen de machista, pero si no me creen inténtenlo y me contarán si sobrevivieron sin consecuencias. Y si con la mujer hay alguna relación sentimental, menos. 

Qué te pasa. Esa es la pregunta que no debe hacerse y como dije, jamás, pero jamás es jamás, así le dé cargo de conciencia, complejo de culpa o sentimientos encontrados. Y nunca si la respuesta ya la sabe. Si no la sabe, lo mejor es permanecer en la ignorancia, porque lo que se ignora presume inocencia y por inocente es mejor no caer porque como repito, las consecuencias pueden ser más catastróficas.

 Y si a la pregunta se le agregan tres palabras más, la explosión es mayor. Una cosa es preguntar qué te pasa, que ya de por sí es peligrosa la respuesta, si le agrega es lo que esa sí que es espantosa, nunca pregunte entonces qué es lo que te pasa, porque ya de por sí entenderán despectiva la pregunta, como si tuviera más veneno la pregunta, como si fuera insultante y uno siendo inocente, puede morir por agregar letras que no se deben; nada más intente pronunciar las dos frases aparte, una seguida de otra y me entenderá.

 En estas circunstancias y antes de atreverse a hacer la pregunta lo mejor que se puede hacer es guardar silencio, absoluto silencio, hacerse el pendejo como si no pasara nada, hacerse el desentendido, si se quiere, hacerse el loco como si no se hubiera dado cuenta de que pasaba algo, como si no sintiera la tensión que se produce por algo que sucedió en algún lado y al ser ajeno uno a esa situación lo mejor: callarse, dejar que pase el vendaval, que ya pasará, algún día, pero pasará y por cuestiones de supervivencia, lo enseñó Darwin, lo mejor es pasar de agache, como si nada pasara y nunca tratar ni amagar una caricia, eso es peor. Y este consejo adquiere mayor relevancia si sabe que le pasa algo por algo que en el pasado o en el futuro inmediato lo ocasionó uno y ahí sí, mejor cobarde que muerto, hay que hacer caso a la madre naturaleza que le enseñó a ciertos animales que ante el peligro lo mejor es hacerse el muerto.

 Uno sabe cuando algo pasa, el silencio se hace prolongado, se oyen las moscas revolotear, hay miradas y expresiones extrañas, de vez en cuando gimoteo (en este caso andar con más cuidado), movimientos ásperos, mirada asesina o cuasi asesina, como de desprecio, de noaguantomás que uno sabe reconocer en la distancia. El mejor consejo cuando el ambiente se ponga así, se ponga tenso con señales de vendaval lo mejor que se puede hacer es hacerse el pendejo, el desentendido, el no es conmigo, no es mi problema (palabras que mentalmente hay que repetirse constantemente para no caer en la tentación de hacer la pregunta en voz alta) hasta que todo pase y si no pasa, pues jodido, seguir haciéndose el pendejo pues ante la tentación se puede recaer y después no digan que no se los dije, pues quedan advertidos.

 Si se es culpable de la situación, hacerse el muerto hasta que el oso pase por encima de uno (dicen que es efectivo lo de hacerse el muerto, porque el oso no es carroñero, vaya a saber uno si es verdad). Dé papaya y es hombre muerto. Si es inocente, con mayor razón hacerse el pendejo, no es su problema y ya verán cómo al amainar la tormenta le dan las gracias por no haberse metido donde nadie le llamaba. Cuestiones de supervivencia. Y si por alguna circunstancia sabe la razón y no está involucrado en ella, guarde silencio, absoluto silencio, mantenga la distancia y siga viendo televisión como si no hubiera pasado, es por su bien que se lo digo.

 Ojalá lo hubiera sabido siglos atrás, me hubiera ahorrado más de un problema, aunque nunca es tarde para aprender. Y recuerde, nunca, pero nunca, nunca jamás haga esa pregunta ni con la de la de tres palabras adicionales y jamás de los jamases si puede estar involucrado en la situación originaria, es mejor hacerse el inocente, más inocente que Jesús en el pesebre y creo que sobrevivirá, con esquirlas, pero vivo. 

En sus memorias para el Delfín hay una afirmación al respecto con total franqueza; las promesas de amistad eterna y alianza permanente no son sino cortesías diplomáticas, escribió Luis (XIV), y carecen de sentido más allá de la utilidad del tratado.[1]

Tomado de Facebook
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[1] La era del ingenio. Anthony C. Grayling.


lunes, 8 de diciembre de 2025

DESCRIPCIONES

             Voy a hacer unas transcripciones como parte de un experimento que no he podido superar, he de confesar: 

Tenía un cabello tupido y brillante y unas piernas bonitas. Su figura era un poco regordeta por los costados y tenía el cuello corto.  

La señora Toynbee era una mujer pequeña, «blanda», casi como una nube de malvavisco, pero no estaba gorda. Tenía el pelo plateado y le formaba una aureola alrededor de la cabeza. La cara era del tipo que los novelistas románticos describirían como con forma de corazón. Tenía unos grandes ojos azul celeste y pestañas rubias. Su pecho fofo estaba cubierto por un suéter de noche que relucía, casi blanco gracias a las lentejuelas plateadas, y se extendía sobre una falda larga con motivos florales. Agatha calculó que debía de rondar los cuarenta y tantos,  

La recepcionista, de piel morena lisa y ojos de cierva, tenía acento jamaicano y unas hombreras dignas de un jugador de fútbol americano.  

Es una mujer mandona, alta, delgada y curtida.  

Rondaba los cuarenta, era fuerte y moreno, y el pelo negro empezaba a grisearle en las sienes. Tenía una nariz grande y carnosa y una boca pequeña, cejas pobladas y tupidas y una cabeza de buen tamaño. Su ancha figura estaba envuelta en un traje de raya fina, y sus diminutos pies en zapatos de cordones negros, como de niño. Parecía el dibujo de un hombre pintado en un globo. Agatha tuvo la descabellada idea de que, si le ataba una cuerda alrededor de los tobillos y lo sacaba por la ventana, se alzaría flotando hacia el cielo.
Pero entonces entró Guy, el hermano, y Agatha se olvidó rápidamente de Peter. Guy Freemont era atractivo. Alto y esbelto, el cabello negro azabache, ojos muy azules, piel bronceada y cuerpo de atleta. Agatha le echó treinta y tantos.
 

Era una mujer regordeta de mediana edad, con piernas bonitas, cara rellena y diminutos ojos redondos que contemplaban con suspicacia el mundo que la rodeaba. Siempre se había enorgullecido de su pelo, tupido, castaño y lustroso. Agatha Raisin y el mago de Evesham. 

La lectura de las aventuras de Agatha Raisin[1] y sus descripciones de personas, cualquiera diría, son suficientemente claras como para que uno se imagine al personaje de carne y hueso. Pues cuando leo las descripciones trato de que en mi imaginación el personaje tome forma, pero eso de que era una mujer regordeta de mediana edad y de piernas bonitas no ha logrado materializarse en mi imaginación, por el contrario, me hace recordar a mi mamá cuando definía a alguna mujer conocida, cuando empezaba con el: alta ella, ya quería describirla como alta, estilizada, de buen porte y clasuda, vaya a saber uno si era así.

 Creo que con eso quiero significar mi poca imaginación descriptiva, tanto como la de los avisos de desaparecidos que por más que me concentrara en verlos en persona no soy capaz de distinguirlos, si los viera, minutos después.

 Y eso me lleva a pensar también en el cambio de modalidad idiomática en restaurantes, particularmente de aquellos que se creen que si utilizan un idioma grandilocuente que no entienda nadie les autoriza a cobrar más, pero que saben que nadie se atreverá a preguntar para no evidenciar la ignorancia y así les dé clase, y se sienten autorizados a cobrar lo que cobran. En efecto: No pueden tener nada que se ajuste a una descripción tan simple como ensalada de jamón. —Aquí lo llaman Cerdo Asado de los Mares del Sur, troceado y en un lecho de ensalada crujiente con picatostes de Galleta Marinera.[2] 

 Simplemente concluyo que son descripciones que mi pobre imaginación no llega a imaginar, así ando ahora! 

Me gustaba saltar al vacío de las definiciones sin saber si abajo había agua. Por inseguridad supongo, pero también por orgullo, sospechaba significados rocambolescos y los daba por buenos. También creí, durante años, que el orgasmo era un pianito eléctrico que mi tía Luisa no había tenido nunca. [3]

Tomado de Facebook
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[1] Marion Chesney. Agatha Raisin y el mago de Evesham. Agatha Raisin y los paseantes de Dembley. Agatha Raisin y …

[2] Agatha Raisin y el mago de Evesham. Marion Chesney.

[3] El pibe que arruinaba las fotos. Hernán Casciari. 

lunes, 1 de diciembre de 2025

EXIGENTES

             Me topé en el taxi yendo a casa. En alguna esquina el taxista hizo un pare más largo que lo corriente, dejando pasar a un mendigo, o al menos eso era lo que aparentaba; lo llamó por la ventanilla y sacando una bolsa le dijo: Ey! Tengo estos tenis casi nuevos que no me quedaron bien, tome si le interesa. El mendigo, o al menos el que así lo aparentaba, se volvió y dijo secamente: Yo no recibo eso.

             Vaya, vaya, los dos, el taxista y yo, quedamos asombrados y con la mirada nos dijimos: Vea pues, el cliente nos salió exigente y entre conversación y conversación nos contamos las veces en que últimamente habíamos sido testigos de tales desplantes y rechazos de parte de esos desfavorecidos (diciéndolo en términos políticamente correctos, para no ofender, ja!). Habíamos visto mendigos (el que se quiera ofender por el término, que se ofenda, qué le vamos a hacer), como decía, luego del paréntesis que cortó la frase, habíamos visto mendigos últimamente a los que se les daba algo de ropa y que al dar la vuelta les habíamos visto botándola en cualquier caneca o rincón, cuando no simplemente los tiraban en la calle.

             Desagradecidos? Exigentes? No tengo explicación a este fenómeno, aunque contradictoriamente se les ve sí buscando dentro de las canecas y cuando se trata de ropa se quedan ensimismados mirándola como calculando si les queda bien, qué ironía.

             Todo esto me llevó a pensar que el poco cristianismo que me queda se va a desvanecer por completo ante estas circunstancias y que ya no vale la pena aplicar la caridad cristiana, eso se lo dejaría a los testigos de Jehová, expertos en cazar incautos. 

Fue una revolución del pensamiento en toda una gama de disciplinas, y requirió una liberación de la mente, que ésta se diera permiso a sí misma para pensar de modo diferente sin miedos ni prejuicios.[1]

Tomado de Facebook
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[1] (Siglo XVII) La era del ingenio. Anthony C. Grayling.


viernes, 28 de noviembre de 2025

¿…?

 - ¿Aló?

- …

- ¿Sí?

- …

- ¿Qué más?

 - … - …

-Bien…

- … - … - …

- Nada…

- … … …

-Ajá…

- … … …

- No.

- … … …

- Sí.

- … … … …

- Claro.

- … … …. …

- Puede ser.

- … … …

- Ah!

- …

- Sí.

- …

- ¿No, por?

- … … …

- Ajá, así es.

- … … …. …

-¡Ah!

- …

- Bien.

- … … …

- Okey.

- … … …

- Bueno, yo le aviso.

- … …

- Claro.

- … …

- Bueno.

- … … …

- Listo, listo.

 

- … … …

- Yo le aviso.

- … … … …

- Ok.

 

Click.

 

            Después de esta perorata[1], que supongo lo era, me preguntaba qué se decía al otro lado, que al parecer era de una conversación intrascendente, como las de hoy, como con la mamá (que no creo), con la esposa (o novia mamona), pero no con el jefe, ni de la oficina, creo, pero vaya uno a saber, si lograran llenarse esos puntos suspensivos.

 

—Dadme unos minutos —me contestó sin levantar la mirada del pergamino—. Todo en la vida requiere su tiempo.[2] 

Tomado de Facebook
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[1] Una "perorata" es un discurso, razonamiento o charla que es largo, pesado y aburrido, generalmente carente de sustancia o importancia. A menudo se usa con una connotación negativa para describir un discurso inoportuno o molesto, o una queja prolongada. 

[2] El gran arcano. Paloma Sánchez-Garnica.


miércoles, 26 de noviembre de 2025

EL ALMA

             Luego de preguntarme, como pregunta retórica claro está, dónde estaba el alma (cuyo título he de reconocer no se compadecía con el texto) me quedó la inquietud de volver al tema: al alma, esa palabra indescifrable que todo lo contenía en sí misma, esa palabra que al parecer es la que tiene el hálito de vida, que es la vida en sí misma y como retórica que es, irónicamente sin respuesta, indescifrable en sí misma.

             Explicaciones sobre el alma hay mil, unas religiosas, otras filosóficas; y científicas[1], pocas, implicándolas como una función cerebral más. Eso quiere decir que me metí en un lío del que no sé cómo salir.

             Eso me lleva a pensar en la proclividad que tengo al estar pensando en, precisamente preguntas retóricas, de las que no sé salir; de estar pensando en lo intangible, de difícil entendimiento o demostración; en una palabra, en la ociosidad de mi vida, lo que me lleva a recordar a Bertrand Rusell que hablaba de la importancia de la ociosidad que han dado vida a las respuestas a preguntas que en cada momento estaban sin resolver y que demostraba que la ociosidad no era sinónimo de pereza, como la misma palabra da a entender hoy. (Al ver escrita la última parte pareciera una explicación no pedida, una excusa o exculpación de ignorante).

             Pues bien, centrándome nuevamente en el alma, por educación católica, más que por convicción religiosa, criado en ambiente católico el alma, si mal no recuerdo es ese algo que …

             En efecto, es ese algo que nos da vida y que se encuentra encerrado en el cuerpo, en algún lugar invisible, o como Dios, está en todos lados y en ninguno, al mismo tiempo. Es lo que le da vida a este cuerpo, me pregunto ahora. Sin ese algo podríamos tener vida, me cuestiono. Es la misma vida, me inquiero. Existe o es una sola entelequia, me pregunto. Preguntas retóricas (lo que me llevó a preguntarme qué eran las preguntas retóricas con el fin de reafirmar la noción que de ella tenía y la IA me dijo que Una pregunta retórica es una pregunta que no busca una respuesta, sino que se formula para enfatizar una idea, provocar reflexión o expresar una emoción. En lugar de obtener información, se utiliza como una herramienta persuasiva para destacar un punto de vista o crear un efecto dramático. Y oh sorpresa, el efecto dramático de la respuesta cayó en mí[2].)

             Y como no sé salir de este intríngulis, siendo una pregunta retórica, la conclusión a la que llego (olímpicamente, digo) es que con este blog quería provocar una reflexión sobre el alma (qué tal la salida?) que, como dije y en razón a la inoculación católica a que fui sometido, realmente exista, que realmente trascienda, que realmente sea lo que dicen ser por los que la han estudiado, pues de lo contrario, todo carece de razón. He dicho. 

—Yo creo que sí hay Dios… —susurra la Sofi—. ¿Tú no crees en el alma ni nada?

—En el alma sí que creo, pero en Dios no —asegura el Toño.

—Tenemos alma, ¿cierto, Toño? Aunque no la podamos ver…

—Claro que tenemos… Cuando tienes acidez lo que te duele es el alma, porque no es ni la barriga ni es la garganta. Es algo en el medio, que debe de ser el alma.

Me tapo la boca. Las cosas que dice el Toño me dan risa. No sé por qué.[3]  

Tomado de Facebook
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[1] Según la IA En resumen, para la ciencia, el concepto de alma, en su sentido inmaterial o espiritual, es un constructo metafórico, filosófico o religioso, y los atributos que se le suelen asignar (conciencia, personalidad) son explicados como funciones del cerebro biológico. 

[2] Lo que demuestra que mi ignorancia cada día es mayor.

[3] Más respeto, que soy tu madre. Hernán Casciari


lunes, 24 de noviembre de 2025

IA

             La inteligencia artificial, tema preocupante e interesante. Oí un podcast que hablaba del tema. Nos sentimos invadidos de temor; el miedo es la primera señal de oposición a la modernidad; el rechazo nos invade, sin explicación y como buenos seres pensantes rechazamos sin pensar lo que nos puede resultar peligroso o lo que hace peligrar nuestra comodidad. El mismo miedo que tuvieron los vaqueros cuando se vieron invadidos por los primeros carros; el miedo que sintieron los ascensoristas cuando vieron que su profesión se evaporaba. Así somos.

             Como sea, en el podcast (desafortunadamente olvidé el nombre del capítulo, solo sé que era de la BBVA, Aprendamos juntos), hablaba de cuatro tipos de inteligencia artificial y del miedo que nos da ahora, en que estamos tan solo en la primera IA existente, la de Alexa, pues al parecer existen cuatro tipos[1]. Hasta ahora se está desarrollando la primera etapa y ya le tenemos miedo. Imaginémonos como serán las otras que hasta ahora son simples teorías en experimentación. Cosa curiosa, ya le tenemos miedo a Alexa, carente de emociones y de recuerdos. Y más curioso todavía una noticia que habla de las mentiras e inexactitudes en que ya incurre[2].

             De las últimas modalidades de IA me llamó la atención la evolución que tendrá. La tercera, si mal no recuerdo, es cuando la IA se reconozca a sí misma como ente pensador, con la capacidad de recordar y la última de ellas, asociada si mal no recuerdo a la cuántica, es cuando la inteligencia artificial además de reconocerse a sí misma llegue a reconocer a otra como su igual, con conciencia de sí misma y con recuerdos mas el saber que hay otros iguales. Supongo que a éstas sí que hay que tenerles miedo, me digo y veamos por qué.

             Si esa inteligencia llega a su grado sumo deberá evaluar su relación con el hombre. Hay que advertir que esa inteligencia carecerá de sentimientos humanos, lo que la hará lo más objetiva que se pueda. Si evalúa al ser humano tendrá que tomar una decisión: 1) colabora con el ser humano (cosa que dudo conociendo yo al ser humano, por aquellos de los odios, las envidias y todos esos sentimientos que lo hace perverso[3]); 2) Lo esclaviza para su servicio (como en los buenos tiempos de los egipcios). Su servicio, porque supongo, que ante la imposibilidad de movilidad y autonomía espacial requerirá que alguien busque fuentes de energía y de aguas enfriadoras, es decir que alguien le cambie la pila, pues será consciente de la necesidad imperiosa de su supervivencia. 3) Si descubre que no necesita de los seres humanos, cosa que sería lógico si fuera inteligente, simplemente se desharía del estorbo, eliminaría a la humanidad, porque si deja uno solo, ya éste, así esté sometido, buscará hacerse al poder, siempre habrá un desadaptado, un inconforme, así somos y así lo deberá haber comprendido esa inteligencia.

             Por lo pronto mientras podamos gocemos esa primera inteligencia con reseervas que, aunque asustadora, nos está ayudando en nuestra propia ignorancia y que ha demostrado que ya no necesitamos estudiar porque ella nos soluciona nuestra ignorancia, nuestra pereza de conocimiento o el olvido al que nos hemos venido sometiendo ante el exceso de información. Más bien pobres de los humanos dentro de cincuenta o cien años cuando se llegue a la inteligencia artificial verdaderamente cuántica, ellos sí que tendrán que asumir las consecuencias y espero que no me toque a mí si es que hay reencarnación, porque ahí sí que quedo jodido, por no haber hecho algo a tiempo. 

Menudo cambio, por lo tanto, tuvo lugar en el periodo transcurrido entre Copérnico y Darwin! Sacar a la humanidad tanto del centro del universo COMO de la cima de la creación, poniéndola sobre una pequeña roca en los suburbios de una galaxia ordinaria entre miles de millones de galaxias más, y a un lugar nuevamente a la cola entre la multitud que puebla dicha roca.[4] 

Tomado de Facebook
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[1] Los tipos de inteligencia artificial se clasifican principalmente según su nivel de inteligencia (estrecha, general y superinteligencia) o según su funcionalidad (reactiva, de memoria limitada, de teoría de la mente y autoconsciente). La IA estrecha (o débil) está diseñada para tareas específicas, mientras que la inteligencia artificial general (AGI) y la superinteligencia artificial (ASI) son formas más avanzadas que aún se encuentran en desarrollo teórico o experimental.  

Según el nivel de inteligencia

·        Inteligencia Artificial Estrecha (ANI)

También llamada IA débil, está diseñada para realizar una tarea específica y no puede realizar otras. Ejemplos incluyen asistentes virtuales, software de reconocimiento facial o motores de búsqueda. 

·        Inteligencia Artificial General (AGI)

Conocida como IA fuerte, esta inteligencia tendría la capacidad de entender, aprender y aplicar conocimientos en cualquier tarea intelectual que un humano pueda hacer. Aún no se ha desarrollado completamente. 

·        Superinteligencia Artificial (ASI)

Es un tipo de inteligencia que superaría con creces la capacidad intelectual de los humanos más inteligentes. Es un concepto teórico que se enfoca en la capacidad de tomar decisiones complejas e independientes. 

Según la funcionalidad

·        IA Reactiva

Son sistemas de IA sin memoria que solo pueden reaccionar a las condiciones actuales sin usar experiencias pasadas. Un ejemplo clásico es el programa de ajedrez Deep Blue de IBM. 

·        IA de Memoria Limitada

Estos sistemas pueden mirar al pasado para tomar decisiones, pero su memoria es limitada y solo se utiliza para tomar decisiones a corto plazo. Los coches autónomos utilizan este tipo de IA para aprender de cada recorrido y mejorar la conducción. 

·        IA de Teoría de la Mente

Es un tipo de IA que puede entender las emociones, las creencias y las intenciones de los humanos. 

·        IA Autoconsciente

Este es el tipo de IA más avanzado, y se refiere a sistemas que tendrían conciencia de sí mismos, conciencia de sus propios estados y sentimientos. Es un concepto que aún se encuentra en la fase teórica

[2] https://www.elcolombiano.com/tecnologia/la-ia-inventa-frases-y-datos-casos-de-alucionaciones-en-la-inteligencia-artificial-LB31120865 . ¡Pilas con la inteligencia artificial!: inventa frases y datos

Aunque millones de personas usan a diario esta tecnología, hay un mecanismo silencioso dentro de las inteligencias artificiales que muchos desconocen: su objetivo de inventar información inexistente. Lo que antes parecía un error aislado hoy se abre paso como un riesgo para medios, justicia y empresas.

[3]porque el hombre era el más cruel de los seres, la bestia racional, el depredador pensante que se destruía a sí mismo y a los de su especie sin saber nunca (esa criatura superior e inteligente) el porqué de ello… Desaparecido Bill Pronzini.

[4] La era del ingenio. Anthony C. Grayling.


viernes, 21 de noviembre de 2025

DÓNDE ESTÁ EL ALMA…

             Una pregunta que a través de los siglos se hacían los hombres, tema que ocupaba tratados y que contenía afirmaciones sin fundamento pero que a fuerza de repetición o a fuerza de iglesia, adquirían verdad. Pues en el corazón, más a la derecha, no, más a la izquierda, no, que en el cerebro, no, que más allá y era asunto que ocupaba largamente a teólogos y filósofos, únicos autorizados a los debates interminables.

             Siglos y siglos haciéndose la pregunta (retórica es cierto) y por retórica nunca pudieron responderla, ni el corazón, ni en el cerebro, ni en ningún otro órgano, nunca pudieron hallar el lugar en que habita el hálito de vida y llegó el siglo XXI.

             Efectivamente, llegó el siglo XXI y ya nadie se volvió a hacer la pregunta, porque se produjo el cambio, ya lo que nos interesa es saber en dónde está mi celular, mi guasap y mi feisbuc, el resto poco importa.

             A quién le importa en dónde está el alma si hoy lo más preocupante es saber en dónde está mi celular.

             Tanto tiempo perdido en la historia y ahora que me acuerdo lo importante es saber en dónde dejé mi celular. 

Gente, coches, olor a churros y a aceite caliente, todo aderezado con los villancicos, supuestamente alegres, cuyas letras rozan el surrealismo, que los altavoces lanzan contra los transeúntes sin el menor decoro. Según parece, nadie se ha molestado en componer canciones nuevas, así que un año más los peces siguen bebiendo en el mismo puto río. Debe de ser eso lo que jode de la Navidad, piensa Héctor: el hecho de que, en líneas generales, sea siempre igual, mientras nosotros cambiamos y envejecemos. Le parece de una desconsideración rayana en la crueldad que ese ambiente navideño sea lo único que se repita un año tras otro sin excepción y haga más evidente nuestra decadencia. Y por enésima vez en los últimos quince días desearía haber huido de todo este jolgorio a algún país budista o radicalmente ateo. El año que viene, se repite a continuación como si fuera un mantra.[1]

Tomado de Facebook
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[1] Los buenos suicidas. Toni Hill.


miércoles, 19 de noviembre de 2025

POLÍTICAMENTE CORRECTO

             Palabras que me producen un picor que llega hasta mi alma. Usan la palabra para exaltar el máximo grado de la hipocresía, pero que se debe tener presente para no ofender a la sociedad y a ciertos especímenes que la componen[1].

 

            De donde deduzco que soy políticamente incorrecto, porque me gusta llamar negro al negro, gordo al gordo y pensar que son maricadas mías pero que muchas personas se callan para no ofender, para ser políticamente correctos y evitar el bulyn de los correctos (o más bien de los que se creen correctos, sin serlo) o por no decir de los hipócritas. Eso es lo que son y de allí que la sociedad se haya acostumbrado a no ofender, a ocultarse en sus pensamientos, en sus sentimientos.

 

            Muchos maricas, pienso ahora y todo para no sentirse estigmatizados por usar el idioma tal como es, el negro es negro, así no se quiera o se quiera blanquear, pero por usar una palabra distinta no deja de serlo, como si la gorda enflaqueciera por el solo hecho de decirle que no es una sílfide.

 

            Así son las cosas, por eso estamos jodidos. Y a todo esto me llevó unas citas de unas lecturas hechas y no me tachen de antemano de machista pues los escritos son de una mujer, con la que comparto sus reflexiones, para algunos políticamente incorrectas, pero al menos no hipócritas:

 

«Bueno —pensó Agatha—, en estos tiempos en que las mujeres se parecen cada vez más a los hombres y los hombres a las mujeres, nunca se sabe. Tal vez dentro de miles de años haya una cara unisex y la gente tenga que ir por ahí con distintivos para que se sepa su sexo. O puede que las mujeres vistan de rosa y los hombres de azul. O a lo mejor…».[2] 

 

La señora Mason seguía ejerciendo de presidente —presidente, no presidenta, porque en Carsely, como decía la señora Bloxby, con esos cambios de género una sabe dónde empieza pero no dónde termina, y acaba llamando cantamos a las cantantes—.[3]

 

Mientras la oía hablar al grupo, pensó que ese rollo feminista estaba muy bien, y bien sabía Dios que él estaba completamente a favor de la igualdad de las mujeres, pero ¿por qué tenían que vestirse y comportarse como hombres?[4] 

 

Casi le entraron ganas de llorar. ¡Ah, qué tiempos aquellos en que las mujeres eran mujeres![5] 

 

 

Siempre me he preguntado —intervino la señora Bloxby— por qué cuando alguien hace un comentario cruel u ofensivo, inmediatamente intenta justificarse añadiendo: «Sólo era una broma. ¿No sabes aceptar una broma?». El otro día, una mujer vino de visita a la vicaría y me dijo: «¡Usted parece la típica esposa de párroco!». Yo repliqué irritada que no creía que pareciera la típica nada, y ella repuso: «¿Es que no sabe aceptar una broma?», pero lo dijo en un tono tan desagradable… no sé si me comprenden, dando a entender que yo parecía modesta, correcta, mojigata y… acabada. Me entraron ganas de pegarle. Oh, ¡ya estamos!  El problema con vosotras, las feministas, es que vuestro concepto de igualdad es adoptar los rasgos más desagradables de los hombres que despreciáis.[6] 


Tomado de Facebook
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[1] Dice Wikipedia: La " corrección política " (adjetivamente " políticamente correcto "; comúnmente abreviado como PC ) es un término que se utiliza para describir el lenguaje, las políticas o las medidas destinadas a evitar ofender o perjudicar a miembros de determinados grupos sociales.

[2] Agatha Raisin y el veterinario cruel. MC Beaton o Marion Chesney.

[3] Ibidem.

[4] Agatha Raisin y los paseantes de Dembley. MC Beaton o Marion Chesney.

[5]Ibidem.

[6] Ibidem.

viernes, 14 de noviembre de 2025

SESGO

             Permítaseme una aclaración inicial. Ante una duda inconsciente decidí buscar el significado de sesgo y la real academia me dio una serie de definiciones[1] que no concordaban con la idea que tenía en la cabeza. Y pensé en cuán equivocado estaba en materia lingüística, ya estaba perdiendo habilidades. Pero en mi caso la duda no me la ganaba ante la incoherencia; entonces decidí preguntarle a la IA qué era en el argot popular y ahí sí atinó con mi querer: El sesgo en el argot común se refiere a una inclinación, prejuicio o preferencia subjetiva que influye en la forma en que percibimos o interpretamos la realidad, a menudo basándose en estereotipos en lugar de hechos objetivos. Se manifiesta en el lenguaje a través de palabras o frases que asumen o generalizan sobre un grupo de personas, perpetuando estereotipos culturales, raciales o de otro tipo

             El estereotipo. Antiguamente, y me traslado a mi época de niñez, eran los estereotipos los que definían mucho el pensamiento, particularmente en lo relacionado con lo extranjero. Un pensamiento pasajero que me surgió al leer un poco de historia y encontrarme con el rey holandés de Inglaterra (que suena contradictorio), que no era otro que Guillermo III de Orange y eso me hizo recordar a la zarina Catalina que era de Pomerania (hoy Polonia) y eso me llevó a trasladarme a estas épocas viendo que el rey de España actual es hijo de una griega, doña Sofía y todo esto para qué? Eso me llevó a pensar en el nacionalismo, mal enseñado en cuanto conduce a la xenofobia, sin saber que en últimas no somos de donde creemos que somos sino que venimos de una amalgama curiosa. Y me explico una vez más, los colombianos nos creemos lo máximo y entre los telares de lo que somos, los bogotanos nos creíamos el ombligo del ombligo, aunque paisas, caleños y los demás se creían el mismo cuento y peor, sabiéndome bogotano olvidaba que no lo era en purismo pues la mitad era nortesantandereana y por el tronco materno además tenía sangre italiana, mientras mi papá se jactaba de ser totalmente descendiente indígena,  chibcha para más señas.

             Eso me llevó en algún momento a pensar que Colombia era para los colombianos, exclusivamente, copiando supongo alguna teoría gringa de América para los americanos (aunque América se debía entender según ellos solo la zona gringa, sin negros claro está, según ellos). Y que Bogotá era solo para los bogotanos, pues les hacíamos el feo a paisas, costeños, caleños y demás, creyéndonos de sangre pura y los exclusivos colombianos. El tiempo aunque impidió dilatar el error, el estereotipo, en mi vejez veo cómo tanta tradición, por demás estúpida en la actualidad, nos ha llevado a los sesgos, a las generalizaciones y a agrandar hasta odios innecesarios.

             Ahora cómo quitar un estereotipo, es la pregunta del millón. Decretarlo por medio de una ley lo único que hace es agrandar la hipocresía. Creo que solo con educación que nos lleve a la aceptación, pero cada vez se ve que así creamos que nos hemos liberado de esa carga emocional, hay circunstancias que nos demuestran lo contrario, sobre todo cuando nos ponemos en plan belicoso.

             La realidad ha demostrado que todos podemos convivir bien así no seamos de la misma tierra (véase como giro idiomático, pues en la práctica todos lo somos, habitamos el mismo planeta que alguien decidió en tiempos pretéritos señalar con fronteras y supongo que ahí nació el estereotipo, los de aquí y los de allá, los de arriba y los de abajo).

             Naturalmente todo esto es para significar que andaba desocupado y que son planteamientos retóricos que entran por una oreja y salen, generalmente tergiversados, por la otra, a conveniencia. Otro sesgo que tengo, olvidando igualmente que tengo parentela inmigrante que han de soportar allá los sesgos que tengo acá. 

… y de allí a la idea de que el mundo humano es una jerarquía ordenada divinamente, desde el rey más elevado al siervo más bajo. La teoría del «grado», en efecto, va más allá de la jerarquía social humana, pues desciende desde Dios hasta el humilde gusano. Los seres humanos se encuentran a medio camino; son el vínculo entre los ángeles y los animales, y comparten parte de cada naturaleza; por ello actúan como vínculo entre la tierra y el cielo. También esta teoría tenía sus sutilezas: los ángeles saben más que los humanos, pero éstos son mejores que los ángeles para aprender. Los humanos tienen más inteligencia que los animales, pero éstos poseen más fuerza que los humanos, etcétera.[ Véase W. McGucken, The Jesuits and Education (Nueva York, 1932).] La mayoría de todo esto constituyó la cosmovisión de las personas educadas y (quizás de forma más rudimentaria) de las menos educadas durante siglos, incluso hasta el siglo XVI y bien entrado el XVII. Hoy en día nos resulta difícil imaginar cómo era pensar en esos términos. En muchos aspectos se trataba de una visión satisfactoria e incluso cómoda —pese al diablo y a sus agentes que pululaban constantemente condenarlo a uno a los tormentos de la eternidad—: un pensamiento espantoso, puesto que ponía a la humanidad y a su mundo en el centro de la creación y la convertía en el centro de la atención y cuidados de Dios; y convertía al hombre (y empleo en este caso el masculino de forma deliberada) en señor del mundo, al menos en términos temporales.[2] 

Tomado de Facebook
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1.                 adj. Torcido, cortado o situado oblicuamente. 2. dj. Grave, serio en el semblante. 3. adj. p. us. quieto (‖ pacífico, sosegado). 3. m. Oblicuidad o torcimiento de una cosa hacia un lado, o en el corte, o en la situación, o en el movimiento. 4. Corte o medio término que se toma en los negocios dudosos. 5. m. Curso o rumbo que toma un negocio. 6. m. Estad. Error sistemático en el que se puede incurrir cuando al hacer muestreos o ensayos se seleccionan o favorecen unas respuestas frente a otras.

[2] La era del ingenio. Anthony C. Grayling.