miércoles, 8 de octubre de 2025

¿ERES FELIZ?

             Una pregunta que me atreví a hacer. Como siempre que se hace la pregunta surge la respuesta correlativa de que qué es ser feliz, que la felicidad es transitoria, y blablablá, la natural respuesta ante lo que no se tiene respuesta inmediata, por lo que en un momento de lucidez paré la respuesta que estaba obteniendo y se me ocurrió decir que cambiaba la pregunta por esta otra: Estás satisfecha con tu vida?

             Mutis en el foro. Esta pregunta sí generó un silencio, elocuente, en su mayor parte, inquietante, en la otra. Pregunta que desarma, que invita a la reflexión y por tanto no genera respuesta inmediata, porque es de esas que hay que saber rumiar y que no condensa un instante sino todo un recorrido de vida.

             Eso me llevó a pensar que todo se reduce a la forma como se hace la pregunta. Por ejemplo, nunca se le ocurra preguntar a la pareja si es feliz conmigo (ese migo no soy yo, sino el que pregunta, aclaro, yo ya aprendí a no hacer determinadas preguntas cuyas respuestas pueden no ser lo que quisiera que fueran o que me pueden incomodar, demasiado). En fin, la respuesta en un caso así puede ser hipócrita, generalmente; pueda que sea asertiva en ese momento, porque es el momento, pero no será demasiado sincera, en cualquier caso.

             Estoy satisfecho con mi vida? Sin mayor silencio, me respondí que a esta edad y evaluando todo el tiempo, lo estoy, que hubiera querido que hubieran sucedido otras cosas con mi vida, claro está, pero no sucedieron y no se puede hacer nada para recomponer el pasado, así que debo seguir con la vida con la satisfacción de que me ha ido bien y no hay mayor cosa de qué arrepentirme, (aunque sí de una que otra cosita, debo aceptarlo).                                             

—Hágame un favor. —Ese era siempre el preludio del final—. De aquí a la próxima sesión intente concentrarse, al menos durante un rato cada día, en lo que tiene. Bueno o malo, pero en lo que compone su vida; no en lo que le falta.[1]




[1] Los buenos suicidas. Toni Hill.

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