En el tintero tengo un escrito al
que le he dado muchas vueltas y entre más lo escribo, lo reescribo y lo releo,
no termina de convencerme. He aprendido a procurar no forzar las situaciones,
teniendo en mente que lo que es, es y lo será en el momento en que deba ser,
será. Así de fácil podría ser la vida.
Dándole vueltas al tema, un comentarista
argentino disparó mi piedra. En contexto, estaba viendo el Giro de Italia –no es
que sea aficionado, ni me interesa, como no me interesa ningún tipo de deporte,
sino que me gustan estas transmisiones porque encuentro la mejor manera de
conocer paisajes de otros países y de ver la cotidianeidad de ajena, que es
como la de uno, en mi caso, sin salir de mi propia cama-.
PRIMERA PIEDRA.
(Como la primera que le sacaron a
la santa objeto de ilustración, si se sabe leer, y que en mi camino se cruzó
por estos días, gracias a alguien que, conociendo mi capacidad de sarcasmo, me
lo releyó.
Aprovecho para aclarar que por lo general las fotos que aparezcan en
este blog son mías).
Como dije al inicio, en la
transmisión de hoy (jueves 12 de mayo, pueden verificarlo en ESPN que era el
canal que veía), el señor Sábato, por demás locutor argentino bastante
escandaloso, leyó un tuiter que le había enviado al parecer un niño –hasta ese
momento no le estaba parando bolas, pero entendí que era un colombiano que le
decía que no podía estar atento a la carrera porque estaba en clases, hasta que
le oí lo que decía a continuación-: Mirá pibeee –con el acento y arrastrado que
es común a los argentinos, sin pretender que me cataloguen de xenófogo-,
simpleee, cogesss el celu y te lo escondessss por ahíiiii, que no te veaa la profeee y cuando yo
griteee Colombia, adelante Colombia, te poness a verlo en directo, tu profe te
disculparaaaá.
Lo que faltaba, brinqué en mi
cama, un locutor dándole consejos de cómo hacer trampa a un niño o a un joven,
que tranquilo, que como es patriotismo no pasa nada, porque se trata de un
compatriota ganando una vuelta –afortunadamente no ganó, lo que evitó que se
generara un encontrón entre la decencia y el patriotismo mal entendido-.
Como no tengo ni tuiter, me tocó
serenarme hasta escribir estas letras. Porque tuve toda la intención de
escribirle de inmediato a ese genio para hacerle caer en la cuenta que estaba
incitando a la trampa, a la deshonestidad, pero lo salvó precisamente que no
tuviera cuenta.
SEGUNDA PERLA.
Por eso estamos como estamos, por
eso un padre –contratista del estado- tranquilamente habla ante toda su familia
que tuvo que 'darle a yonosequien una plata para que mirara para otro lado', pero
como eso no es delito, tranquilos; 'pero eso sí, los Nule sí que son unos
hampones, con los Moreno Rojas, no, el colmo, mano de ladrones', ellos sí se
merecen la cárcel.
Esa es la educación que se está
dando en los últimos años. Es el ejemplo que ronda. Lo que yo hago son
negocios, lo de los demás: 'cosa berraca, este país sí que está lleno de
corrupción!' –piensan y dicen ellos mismos.-
Mijo, no sea pendejo, no haga
fila, cuélese por ahí. Mijo, hágale, mire que el otro también se coló. Hágale,
que el otro se pasó el rojo, eso no pasa nada. Tranquilo que son solo cinco
minuticos y eso no pasa nada. Mire que no hay policía, pero nada más lo vea,
dele la vuelta a la manzana y lo espero acá. Quédese callado y hágase el
pendejo y me avisa cuando nadie esté mirando. Ah! un papelito al suelo nadie se
da cuenta. Súbase por la puerta de atrás que está muy lleno y como es por
detrás no hay que pagar. Mire, si él lo hace, por qué no usted? No sea pendejo.
Hágase en la cola de los viejitos y cojee para que lo atiendan más rápido.
Cámbiele el papelito y póngale el más barato. Es una contravía chiquitica. Pero si nada más fue un raspón, eso sale con rubi -para los que no saben, una crema para brillar los carros-.
Con esas palabras resumo tantas
circunstancias que ejemplarizan precisamente el ejemplo que estamos dando a las
nuevas generaciones, volviendo todo relativo: el honor, la honradez, la
decencia, trastocándolas en lecciones que no deberían ni siquiera existir. Es
permitido si lo hacemos, es rechazable si lo hace el vecino. Y sinceramente me
emberracan cuando se presentan, porque como sea, a Dios gracias, digo, los
principios que me enseñó mi papá fueron suficientes para evitar hacerlo y que
traté de enseñarlo, esperando que hayan atendido mis enseñanzas. Dirán, que
tire la primera piedra. Lo sé, reconozco que en el pasado tiré el papelito al
suelo, me estacioné en sitio no permitido, me salté el rojo, pero el tiempo me
enseñó a recapacitar y a recordar la vez en que llegué feliz a la casa, tendría
como 8 años, porque el vecino de la tienda me dio de más. Mi papá me ordenó –no me insinuó,
ni me sugirió, simplemente me ordenó como él sabía hacerlo- que devolviera lo
que no era mío. Su orden fue cumplida y aprendida por toda la eternidad, tal vez por eso también duermo tranquilo.
TERCERO. COLOMBIA ES PASIÓN.
Me encantan las frases de cajón y
me encantan porque termino con la piedra volada, literalmente. Colombia es
pasión! Ja! Efectivamente, es pasión en los deportes, nada más que un
colombiano apasionado por un equipo y a la salida ya se está trenzando a
patadas con el contrincante. Es pasión cuando habla de política, no importa que
sea el hermano, pero si el tema lo amerita, hay que ponerle pasión y terminar
en puños. Y ni qué decir de la pasión religiosa que ahora sudamos. Y pasión
cuando vemos la bandera y oímos el himno, chorriamos patriotismo, sin pensarlo al
inicio del partido, de la reunión, lo que no impide que nos agarremos en el intermedio.
Por eso y por muchas cosas más, Colombia es pasión.
Y lo peor de todo, es que son
eslóganes que hacen carrera y cuando se necesita, sale el grito sin esfuerzo
alguno, sacando pecho patriotero, que Colombia es pasión. Sí, somos apasionados
y nos tranzamos a golpes bajo cualquier excusa, eso es pasión.
CUARTO. COLOMBIA ES REALISMO
MÁGICO
No sé qué significa. A los marimberos
y narcos antaño los llamaban mágicos. Será porque todavía es válido arreglar un
problema con la mágica frase de “usted no sabe quién soy?”. Será porque los
políticos y demás con un movimiento mágico hacen desaparecer los dineros
estatales? Es una realidad y mágica, para colmo! Por eso y muchas cosas más, Colombia es realismo mágico.
“El riesgo es que te quedes.” Dice otro eslogan, esta vez turístico. Ir nada más a Cartagena o Santa Marta, con la intención
de pasar tranquilo y descansar un tiempo. Qué se encuentra allá? Nada más
llegar a la playa y: “Monito, mire el masaje, es con aceite de yonosequé, deme
su mano, pero deme su mano y se lo muestro…” ‘que no, señora, gracias’-dicho como
diez veces, pero pareciera que no entienden- y emberracada –lo confieso porque
nos ha pasado- al final nos mira con odio y en susurro dicen: “estos cachacos,
como nos ven negras…” y lo sostengo, los más racistas son ellos, y abusan y se
escudan en la condición. Y eso nada más es con una de las tantas masajistas que
se cruzan en el camino, más la de la fruta, la del collar, artesanías, etc.,
etc. Como anécdota, uno de tantos ofrecedores de artesanías, pedía por una
figurita de búho, si mal no recuerdo, como $80 de arranque, fue bajando, bajando,
pero “menos de $50 mil no se lo puedo dejar, mire monita, porque usted sabe, la
artesanía tan bien elaborada y no reconocen el trabajo, y tengo que mantener a
mi mamita, 20 hijos, 3 mujeres” y la retahíla. Media hora por haber cogido en
la mano la talla. Al final, intervengo con cara de seriedad y de pocos amigos
diciendo que si mañana lo tiene, hablamos. Porque si insisto en el rotundo no,
como dije debía hacerse desde el principio, el racismo volvería a aflorarles,
que ‘uno no compra porque son negros’. Ya me cansaron con esa mismo discurso
que se convierte en retahíla. Y resulta que por casualidad la misma artesanía
la vimos en Bogotá y costaba, en almacén la suma de $20 mil. Se lo dije!
Que por qué la gente prefiere
irse para el exterior a descansar? Por eso mismo. Colombia no sabe tratar al
turista nacional o extranjero, porque precisamente Colombia es realismo mágico,
Colombia es pasión. Viven del acoso al turista, abusan de su condición –del primero
y de la del mismo vendedor-. Si entendieran que así no se hace turismo, la cosa
cambiaría.
Y obvio, viajar al exterior sale
mucho más barato que ir a la costa.
Colombia, país de oportunidades.
Sin comentarios. Colombiana, la nuestra. Les notifico que ya no es nuestra. Tomémonos
un tinto, seamos amigos. Como para qué? Hay algún negociado como para tomarnos
un tinto?
Por hoy les transmito mis piedras, de hoy. Entre otros, el yoga permite buscar la tranquilidad del ser. Por eso,
luego de las piedras, respiro profundo y me digo: Tranquilo, no es mi problema,
preocúpese por el poco tiempo que le puede faltar, y lo de los eslóganes, son solo palabras vacías, que el viento se lleva, a pesar de quedarse en la
memoria colectiva.
Y recuerdo una frase que me dictó
mi mente, esa loca que me persigue y que por lo general resulta más inteligente que yo:
Será que ya no importan las palabras con canas?
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