miércoles, 25 de mayo de 2016

QUIÉN SOY

Soy asiduo asistente (oyente de) a los cursos gratuitos que Chopra imparte por Internet, los retos de los 21 días. Esta semana comenzó uno nuevo, cuyo objetivo es buscar conciencia, a través del destino extraordinario. El mantra del primer día: So ham, que traduce, según indicó: Yo soy, semilla para ser sembrada en la memoria, a través de la meditación. El título de la primera sesión era Quién soy.

Estando participando en la sesión y al preguntarme efectivamente quién soy, luego de oír a Chopra hacer dicha pregunta, sin eufemismos, me respondió mi yo interno: Ni puta idea! 60 años y aún sin saber, ni percibir una respuesta?

Me dije, será una pregunta retórica? Filosófica? Sicológica? Sociológica? Religiosa? Esotérica? Temperamental? O simplemente formulada para angustiarme ante la falta de posibles respuestas? (“El hombre sin angustias no es un hombre”, oí que recitaba Ciorán en mi cabeza, a manera de consuelo).

También pensé: esta es otra pregunta que uno no debería hacerse, porque corre el riesgo de perder la cabeza.

Y recordé que, según dicen los entendidos, soy un animal con alma, para diferenciarme de los otros animales ‘sintientes’, a pesar de que mi racionalidad pueda estar en entredicho. (Ya empezó la ironía, me oí decir a mí mismo!)

Todo es un problema de mente? (Sin jueguitos distractores, me reclamó de repente).

Y dónde estará ese ‘hombre sin cuerpo’, que es mi alma? O que al menos eso dicen, porque creo que científicamente no ha sido comprobado. (Es pregunta que no se debe hacer, -oí que me repetía-, y de pronto, también es pregunta que no quiere ser respondida o que no querrá saber cuál la respuesta, -reitera esa voz en mi mente).

Entonces, qué carajos será el alma? Estamos compuestos por cuerpo, alma y espíritu, aunque estos dos últimos generan confusión en cuanto pudieran llegar a ser el mismo, asunto que es mejor dejar que lo expliquen los expertos filósofos, en principio. La respuesta: vaya uno a saber! Al morir esa alma que despega es el mismo espíritu de energía que vagará por quién sabe dónde diablos? (Ya se está confundiendo, ya está confundiendo todo –se expresó ese ser interno que permanentemente entra en contacto, cuando no en conversación, conmigo mismo). Y efectivamente así era.

Decidí darle un poquito de respiro a mi mente, buscando en Wikipedia, algo más sobre el alma. Todo un vericueto en cuanto que hablan y uno siente que es blablablá pero que no concretan nada. Pero lo que más me gustó fue la categórica definición que decía: “En la serie de televisión los Simpson, en el final del Capítulo "Bart vende su alma", una de las protagonistas de esta serie, Lisa Simpson realiza la siguiente reflexión sobre el alma: "El alma va más allá de la religión que profeses, está formada por todo lo bueno que hay en ti.". (https://es.wikipedia.org/wiki/Alma). Ya es un respiro.

Mientras rumio un poco más sobre el asunto, me asaltó, así con sevicia y alevosía, la pregunta, y todo esto para qué?

Savater me respondió: “Al preguntar si la vida tiene sentido lo que queremos saber es si nuestros esfuerzos morales serán  recompensados, si vale la pena trabajar honradamente y respetar al prójimo o daría lo mismo entregarse a vicios criminales, en una palabra, si nos espera algo más allá y fuera de la vida o sólo la tumba, como parece evidente. (…) Al constatar este panorama tan escasamente alentador, la única defensa –según Kant- que le queda a la persona decente para salvaguardar su rectitud y no considerarla un empeño estéril es aceptar la existencia de un Dios que sea el creador moral del mundo, garantizando así un ‘sentido’ ultramundano feliz para la buena voluntad, aquí abajo tan tristemente retribuida.” (Las preguntas de la vida).

Para no terminar de deprimirme más, dejemos en que la respuesta de hoy a ese quién soy, esté dada con esta: soy, ese eterno desconocido.


 Ya habrá otras oportunidades para seguir preguntándome cosas que no debería estar preguntando.


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