Soy asiduo asistente (oyente de) a los cursos
gratuitos que Chopra imparte por Internet, los retos de los 21 días. Esta
semana comenzó uno nuevo, cuyo objetivo es buscar conciencia, a través del
destino extraordinario. El mantra del primer día: So ham, que traduce, según
indicó: Yo soy, semilla para ser sembrada en la memoria, a través de la
meditación. El título de la primera sesión era Quién soy.
Estando participando en la sesión
y al preguntarme efectivamente quién soy, luego de oír a Chopra hacer dicha pregunta,
sin eufemismos, me respondió mi yo interno: Ni puta idea! 60 años y aún sin
saber, ni percibir una respuesta?
Me dije, será una pregunta
retórica? Filosófica? Sicológica? Sociológica? Religiosa? Esotérica?
Temperamental? O simplemente formulada para angustiarme ante la falta de
posibles respuestas? (“El hombre sin
angustias no es un hombre”, oí que recitaba Ciorán en mi cabeza, a manera
de consuelo).
También pensé: esta es otra
pregunta que uno no debería hacerse, porque corre el riesgo de perder la
cabeza.
Y recordé que, según dicen los
entendidos, soy un animal con alma, para diferenciarme de los otros animales ‘sintientes’,
a pesar de que mi racionalidad pueda estar en entredicho. (Ya empezó la ironía,
me oí decir a mí mismo!)
Todo es un problema de mente? (Sin
jueguitos distractores, me reclamó de repente).
Y dónde estará ese ‘hombre sin
cuerpo’, que es mi alma? O que al menos eso dicen, porque creo que
científicamente no ha sido comprobado. (Es pregunta que no se debe hacer, -oí
que me repetía-, y de pronto, también es pregunta que no quiere ser respondida
o que no querrá saber cuál la respuesta, -reitera esa voz en mi mente).
Entonces, qué carajos será el
alma? Estamos compuestos por cuerpo, alma y espíritu, aunque estos dos últimos
generan confusión en cuanto pudieran llegar a ser el mismo, asunto que es mejor
dejar que lo expliquen los expertos filósofos, en principio. La respuesta: vaya
uno a saber! Al morir esa alma que despega es el mismo espíritu de energía que
vagará por quién sabe dónde diablos? (Ya se está confundiendo, ya está
confundiendo todo –se expresó ese ser interno que permanentemente entra en
contacto, cuando no en conversación, conmigo mismo). Y efectivamente así era.
Decidí darle un poquito de
respiro a mi mente, buscando en Wikipedia, algo más sobre el alma. Todo un
vericueto en cuanto que hablan y uno siente que es blablablá pero que no
concretan nada. Pero lo que más me gustó fue la categórica definición que
decía: “En la serie de televisión los Simpson, en el final del Capítulo "Bart
vende su alma", una de las protagonistas de esta serie, Lisa Simpson
realiza la siguiente reflexión sobre el alma: "El alma va más allá de la religión que profeses, está formada por todo
lo bueno que hay en ti.".
(https://es.wikipedia.org/wiki/Alma). Ya es un respiro.
Mientras
rumio un poco más sobre el asunto, me asaltó, así con sevicia y alevosía, la
pregunta, y todo esto para qué?
Savater
me respondió: “Al preguntar si
la vida tiene sentido lo que queremos saber es si nuestros esfuerzos morales
serán recompensados, si vale la pena
trabajar honradamente y respetar al prójimo o daría lo mismo entregarse a
vicios criminales, en una palabra, si nos espera algo más allá y fuera de la
vida o sólo la tumba, como parece evidente. (…) Al constatar este panorama tan
escasamente alentador, la única defensa –según Kant- que le queda a la persona
decente para salvaguardar su rectitud y no considerarla un empeño estéril es
aceptar la existencia de un Dios que sea el creador moral del mundo,
garantizando así un ‘sentido’ ultramundano feliz para la buena voluntad, aquí
abajo tan tristemente retribuida.” (Las preguntas de la vida).
Para no terminar de deprimirme
más, dejemos en que la respuesta de hoy a ese quién soy, esté dada con esta:
soy, ese eterno desconocido.
Ya habrá otras oportunidades para seguir
preguntándome cosas que no debería estar preguntando.
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