lunes, 25 de septiembre de 2017

SUPERLATIVOS QUE MATAN


A pesar de la globalización, los pueblos siguen viviendo en su provincialismo encerrado, aferrados a su pasado, en lo que les conviene. (Debería incluirse y usar el nos, me oigo decir)

Para la muestra un botón. Colombia tiene el café más suave del mundo, las esmeraldas más codiciadas del mundo, el mayor caudal hídrico del mundo, la catedral de sal única en el mundo y así mil superlativos que teóricamente deberían enriquecer, literal y económicamente al país. Pero siendo el mejor en todo, según dicen los superlativos, resulta que nada de eso se ve. En minería no son los colombianos los que la disfrutan, son extranjeros –apoyados por codiciosos colombianos- quienes se llevan las regalías y nos dejan un mundo envenenado. La catedral de sal no es la única, en Polonia hay otra, con lago incluido(1). En lo hídrico, dizque Chocó tiene toda el agua del mundo, pero nada más pensemos en cómo está Chocó y cómo cada día va de mal en peor. Y no sigo con la lista porque evidenciando estas cosas terminamos siendo el país más deprimente del mundo (a pesar de que las encuestas digan que es el más feliz).

Y es un mal generalizado, no sé si genéticamente heredado de los españoles, grandilocuentes sin medida ni rubor. Y a pesar de que el tema lo tenía en el tintero, me picó la lengua un documental sobre Guatapé (bonito pueblo antioqueño, según vi), pero como todo en la cultura paisa -generalizada luego de su expansión por todo el país, basta recordar aquello de Antioquia la más educada!-, pregonan sin vergüenza que tiene el pueblo más en tal cosa, el más en tal otra y hasta fue reconocido por la corona española por Real Cédula de Carlos III. Uyyy! Qué honor dirán algunos. Y?

Me pregunto y me sigo preguntando: Y? Todos esos superlativos que nos hacen agua la boca a lo largo del país, para qué nos han servido, además de generar enemigos entre vecinos, realmente para qué nos ha servido? Y es más, cuándo dejaremos de ser tan provincianos? Tal vez sea una de las causas de nuestro propio atraso, el vivir de los superlativos, inventados por poetas con rimbombantes frases que dicen tanto que terminan no diciendo nada.

Nos encantan los superlativos pero nos emberracan los otros superlativos: los que hablan de Colombia como el mayor país de narcos, el más violento, el más triste (mentiras, resulta que dizque estamos dentro de los primeros más felices!), donde hay más muertos en el mundo y eso que tenemos la guerrilla más antigua del mundo, según dicen. Pero eso sí nos emberraca, líbranos Señor!

            Para concluir, por eso pienso que los superlativos son asesinos! Qué vaina!

Foto: JHB (D.R.A.)




[1] Pueden verse fotos en https://viajerosdelmisterio.com/mina-de-sal-de-wieliczka-catedral/ y en su pueblo dicen que es la más antigua del mundo! Y para no quedarnos atrás entonces: En 2007 mediante un concurso para elegir las 7 Maravillas de Colombia; la Catedral de Sal obtuvo la mayor votación; convirtiéndola en la Maravilla No.1 de Colombia, aunque también fue propuesta entre las Nuevas siete maravillas del mundo moderno. https://es.wikipedia.org/wiki/Catedral_de_Sal. Ja!

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