viernes, 30 de agosto de 2019

EUFEMISMO


Palabra o expresión más suave o decorosa con que se sustituye otra considerada tabú, de mal gusto, grosera o demasiado franca. "‘trasero’ es un eufemismo de ‘culo’". Eso enseña la definición(1) y a ella me atengo.

Es cierto que, no por purismo idiomático sino por giro idiomático, diría yo, si se trata de una palabra de mal gusto o grosera, el eufemismo resulta apropiado aunque precisamente hoy por hoy, cuando debería usarse es cuando menos se usa y así ve uno en las conversaciones actuales que de cada tres palabras dichas, dos de ellas son groserías cuando no vulgaridades que, aunque siendo sinónimos, el uno va más allá del otro en cuanto asonancia y decencia.
                                                                                                  
Nada más oír conversación ajena –telefónica o presencial-, muy notorio hoy en las mujeres cuyo recato se perdió en estos menesteres, y si va acompañada de sentimientos de odio, ira, malgenio, piedra o putería, sin eufemismo, las groserías no tienen límites y no preciso transcribir ninguna de ellas, porque todos ya hemos presenciado estas actuaciones. No es tema de este blog.

Con la proliferación de derechos –y limitación de obligaciones, pienso- y la de minorías –que se creen mayorías-, para no ofender, para no dar pie a discusiones insulsas, para no generar problemas, en una palabra, nos hemos venido sometiendo al hablado que los gringos llaman políticamente correcto –no sé de dónde deviene esa proclividad gringa a  no asumir responsabilidades-. Por eso es que antes se decía ese viejo, luego ese hijueputa al mencionar al presidente. Pero no es el caso preciso, porque precisamente aquí se está dejando el eufemismo de un lado y alcanzo a advertir mi contradicción.

Pero bueno, hemos cambiado el lenguaje por simple temor, el miedo a la reacción social, a la de grupo. Por eso ya no decimos deje de comer tanto que ya está muy gorda y preferimos el no me malentiendas ni lo tomes a mal, pero estás comiendo un poquito demasiado y así vas a terminar gordita. (Naturalmente si deviene de conversación ajena el poquito demasiado es usado precisamente para minimizar el mensaje). Y de allí que el diminutivo haya echado raíces porque de esa manera pareciera que no se ofende aunque termina siendo despreciativo. En este caso admiro a los españoles que por lo francotes van diciendo las cosas: la madre que te parió, que se te parta ese culo y otras semejantes que al menos no son eufemísticas, aunque a uno le suenen malsonantes.

En consecuencia, cuando no se trate de grosería ni de ofensa, las cosas deberían decirse tal como son: Está gorda! Porque tratándose de grosería o de ofensa o pelea el eufemismo no aparece ni por las esquinas, se sale de los chiros la revendedora que uno lleva. Frase acuñada en mis tiempos y hoy en desuso, al parecer, por lo que solo los viejos me entenderán. Que el pobrecito y el diminutivo desaparezcan y que las cosas sean como son, pues al pan, pan y al vino, vino, no hay de otra y que se ofenda el que quiera ofenderse ya estoy muy viejo para no decir lo que tengo que decir.

He dicho!

No soy receptáculo para tu dolor.
Lady Gagá.
Tomada de Facebook.
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