No me he podido aguantar y a pesar de todos los intentos no me puedo callar. Dos noticias que me han puesto los pelos de punta y que no me dejan en paz, porque veo que la estupidez se hace cada día mayor, especialmente en esta materia de la palabra machismo, que sigo sin entender.
La una, la muchachita que mató
un gringo, que era más prepago que las putas de Aguadas. Me imagino la calidad
de persona que era -con esto quiero dejar claro que lo que sí está mal es el
asesinato-, pero no que vengan ahora a endiosar a la muchachita, lo buena que
era, una DJ (no sé qué quiere decir, pero aquí a todos se les titulan paran
endiosar), una promisoria, pero que nada más viéndola, se sabía, a leguas que
era una prepago, que sabía en qué andaba y estaba detrás de la plata del
gringo. Quién sabe qué pasó, el gringo la mató -lo que no tiene perdón de
Dios-, pero me emputa que ahora se elevó a crimen machista, sin conocerse las
intimidades del crimen y la víctima, inocente palomita. Dios me libre! Me
imagino la pelea y por eso debió terminar como terminó.
Y la otra, un conocido exsenador
dijo en red social que a la alcaldesa había que pagarle un silenciador para que
se callara. Tal cual. Pero no, todo el mundo brincó para decir que era un
machista, sexista y yo no sé qué más bobadas, cuando lo único que dijo el
exsenador era que era bueno que se callara la alcaldesa de vez en cuando,
porque es cierto, a veces no hay quien la calle. Si se lo dice a un hombre, no
pasa nada. Ya todo lo que se diga, en femenino, es motivo para ser tildado uno
de machista.
Simplemente estamos jodidos!
(los hombres, claro está, así seamos realmente machistas).
Cuando la
estupidez abofetea a la inteligencia, la inteligencia tiene derecho a portarse
estúpidamente.[1]
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