No me refiero al signo zodiacal, sino a la libra
que durante la gran mayoría de mi edad correspondía a los 500 gramos anunciados
en cada empaque. Y así como la libra era 500, el kilo eran mil gramos, así de
sencillo.
No hace mucho tiempo, no más de un año (lo que
se tardó mi cerebro en recordar que tenía que referirme al tema, pero que nunca
afloraba, esperando su tiempo, supongo) noté que en los empaques ya no se
hablaba de quinientos gramos como equivalente a una libra, ésta la habían
reducido en cincuenta o sesenta gramos, por lo que me sentí, además de ofendido
(por atentar contra mi conocimiento adquirido de niño), tumbado (porque suponía
que pagaba por el costo de una libra de la que mi mente tenía en mente).
Recuerdo que el hecho lo percibí cuando pretendí
comprar una libra de un buen café pero el empaque hablaba de trescientas y
pico, por lo que la duda me llevó al tema de la libra de quinientos gramos.
Naturalmente mis problemas (no mentales, pero
sí retóricos) me los resuelve el doctor Google y resulta que luego de leer
explicaciones sobre el tema[1],
si logré entender bien, es que el sistemas de pesas está basado en un sistema
inventado por allá en mil ochocientos y pico que se estableció como regulador
de mercado y para ello se usó una pesa de platino e iridio que bajo fórmulas
matemáticas llevó a la conclusión de que pesaba el kilo, pero que curiosamente
con el paso del tiempo adelgazó (En ese momento el “Grand
Kilo”, el clásico patrón parisino de 1889, que parece haber perdido cerca
de 50 microgramos en los últimos 100 años por causas desconocidas -pero que aun
así seguía pesando exactamente 1 kg “por definición”- pasará a ser un
estándar de masa secundario.) Y de esa manera, sin habérseme
informado, desde 2018 se aplica la constante de Planck (cuyo apellido recuerdo
de algo relacionado con la difícil física de mi bachillerato[2])
que da los 460 gramos aproximados, es decir, por culpa del adelgazamiento de
una aleación perdimos casi cuarenta gramos que en cualquier caso pagamos como
libra.
Y como nos encanta también
copiar cosas de los gringos y de lo que dicen los sabios que tienen en todas
sus universidades, ahora hay productos que ya no se dan en medidas de peso
(gramo, libra, kilo, etc.) sino de capacidad (litros, galones, etc.) y me
consta pues he visto, no recuerdo el producto, pero algo así como espaguetis
anunciados en mililitros; y no estoy borracho, ni lo he soñado, pero mi
recuerdo, tan frágil como mi memoria, me refresca la certeza de haberlos visto
(y por eso me demoré tanto en escribir sobre el tema porque cuando lo noté me
dije: tengo que escribirlo y me lo repetí muchas veces y cuando llegué a
la casa, ya lo había olvidado, hasta estos días en que vi la situación aunque
olvidé el producto que me trajo el recuerdo; cuestiones de la edad).
Y así, como por obra de magia,
un conocimiento del pasado se evaporó dejándome nuevamente en la ignorancia.
Tal vez mañana tenga que pedir un kilo de gasolina, uno nunca sabe con estos
adelantos modernos y al sapiencia de los sabios que llenan las universidades
gringas.
… y entonces le respondí:
—No se me ocurrió porque no se me
podía ocurrir, porque no quería que se me ocurriera y me busqué todos los
pretextos para olvidarlo cada vez que intentaba ocurrírseme. ¿O es que tú no
sabes en qué país vivíamos en ese momento? [3]
[1] Por ejemplo ésta: La razón por la cual una libra puede pesar 460 gramos o 500
gramos depende del sistema de medidas que se utiliza en cada país. La libra es
una unidad de medida de masa o peso que se utiliza en diferentes sistemas de
medidas en todo el mundo. En el sistema métrico decimal, que se utiliza en la
mayoría de los países, la unidad de masa básica es el gramo. En este sistema,
una libra equivale a aproximadamente 453,59 gramos. En algunos países que
utilizan el sistema métrico, se ha adoptado una definición exacta de la libra
de 500 gramos, lo que significa que una libra en estos países equivale a
exactamente 500 gramos.
O esta otra: El
16 de noviembre de 2018, la 26ª Conferencia General de Pesos y Medidas anunció
que la definición del kilogramo pasaría a estar ligada con la constante de
Planck. Efectivamente, a partir del 20 mayo del 2019 la constante de Planck pasará a ser definida
como 6.62607015×10−34 kg⋅m2⋅s−1, quedando el kilogramo definido a
partir de esta y, consecuentemente, a partir de otras dos unidades básicas del
SI, el segundo y el metro y blablablá.
[2] Es
considerado el fundador de la teoría cuántica y fue galardonado con el Premio Nobel de Física en 1918. Wikipedia.
[3] El hombre que amaba los perros. Leonardo Padura.
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