“Somos tan simples en el fondo
que nos volvemos insondables”.
Mika
Waltari. Sinuhé el Egipcio
No he querido, hasta el momento, escribir sobre política, ni
la tan anhelada paz, que según la Constitución es un derecho de los colombianos
y una obligación del Estado, pero como todo en la constitución, se hizo para
violarla! Por eso es espúrea! (consultando la palabreja, veo que no se escribe
así, se dice espurio(a). Cada día se aprende algo y uno usándola para dárselas
de letrado!).
No he querido escribir, porque como ven, en el solo primer
párrafo ya me salió la mala leche que llevo dentro al solo pensar en esos temas.
Por eso soy colombiano!
Sin mencionar toda la parrafada que hay en los documentos de
la Habana, que más parecen documentos Conpes, -bla bla bla, compromisos, bla
bla bla y todo queda en blablablá-, sale Santos enredando la pregunta del
Plebiscito que aún no ha decidido bien, porque hizo cara y sello y la moneda
quedó bailando y “ante la duda abstente”
y él lo sabe muy bien, por eso dicen que es buen jugador de póker; luego que la
paz hay que firmarla a la brava y a como dé lugar (persiguiendo el premio
Nobel?); luego que si no hay paz, las Farc se van a tomar a la Colombia urbana,
aquella que nunca hemos sentido violentada en la forma como lo han hecho los
campesinos, allá bien lejos de las ciudades. Ahora, que si no hay paz va a
subir impuestos, porque la guerra es costosa! Vaya barbaridad, acaso nuestro
actual presupuesto, como el de los últimos 50 años no han sido presupuestos de
guerra?
De antemano aclaro que no soy uribista, sino todo lo
contrario! Tampoco soy gobiernista –sino
todo lo contrario, me oigo decir-. (Aún no entiendo la lógica del poder,
particularmente estando en el poder un loquito –porque alguna enfermedad mental
ha de tener- y una mano de simpatizantes o adoradores, cómo metiendo miedo
lograron llegar y mantenerse en el poder y estoy hablando de Hitler y del
otro).
Me hago entonces, para no hacer muy largo este blog, simples
preguntas, de una persona que desconoce el intríngulis de la política (aunque
he de confesar que conocí alguito que con eso quede hastiado y vomitando), que
no sabe nada de economías (a duras penas la propia), que tal vez no vea más
allá de su nariz, pero creo que en esta
situación estamos más de uno y si no lo estamos, simplemente lo estoy, he de
reconocerlo.
UNO
Plebiscito,
referéndum o como quieran. Para qué? Acaso Santos no tiene suficientes poderes
legales para firmar la paz, sin tener que buscar la refrendación ajena? Creo
que lo que le hacen falta son otras cosas, según dicen, verraquera, para evitar
malas interpretaciones. Me hace recordar cuando los jefes, temerosos, no
querían tomar una decisión, por falta de calzones -no de atribuciones-,
decidían según comité, al que se invitaba hasta a quienes no tenían velas en el
entierro, por aquello de que si sale mal, ‘nos fue mal’. Pero bueno, si quiere
suplir la falta de calzones con el plebiscito, vale, que así sea, pero al menos
que hablen claro –si pueden-. Santos siempre ha sido de este estilito.
DOS
Por qué no se puede hablar claro sobre el tema? En el sólo
intento de leer las parrafadas que salen de los abogados ‘de ambas partes en conflicto’, termina uno pensando en que es uno
muy bruto porque no entiende lo que están diciendo, al no usar un lenguaje que
llegue a la gente común, o al menos para mí, si resulto ser del no común.
Cantos a la bandera, promesas que ambas partes saben que ya están incumpliendo,
juramentos a la misma bandera, de cuyo rojo ambas se aprovechan. Como dije, ese
documento es tan aburridor, largo e innecesario como un documento Conpes,
cuando no es Confis. Por qué en política es tan difícil hablar claramente y con
la verdad? Ya nos hemos habituado a la media verdad, a la mentira y a ambas
entremezcladas. Sin rubor las decimos todas ellas, a pesar de que “Uno debe decir la
verdad sobre aquello que es verdadero”. (Mika
Waltari. Sinuhé el Egipcio). No es difícil, y me ha funcionado. “Un hombre prudente
obra con cautela en previsión de todo lo que puede ocurrir” (Fallaci. Un Hombre) y Santos no lo es, no es
prudente, es político, es avispado, es calculador y por eso se la pudo hacer a
Uribe, nada más verle con su sonrisa de sorna. Curiosamente nada más se la
conocí, como ministro de algo hace muchos años, ya vaticinaba que no era de
confiar. Por la sonrisa le conoceréis!
TRES
Que la paz se iba a firmar no sé qué día. Y no se firmó y no
pasó nada, porque hasta la sonrojada la pasamos por alto. (“Maldita sea, pensé,
qué desleal es el rubor”. García Márquez. Memorias de mis putas
tristes). En la administración pública lo peor es prometer para una fecha
cierta, olvidando siempre que el diablo está en el detalle. Procuré nunca dar
fecha fija y cuando me ponían contra la pared, luego del cálculo respectivo,
señalaba una fecha con al menos una semana de más, por eso siempre cumplí con
mis forzosos compromisos. Entonces concluyo este punto, qué tanto afán hay por
firmarla para antier? (si ya habían arreglos desde que Uribe era presidente,
año más, año menos, el Nobel puede esperar). Santos dice que así se acordó y se
firma en este semestre y el Timochenko sale a desmentirlo. Y viceversa. En este
país no pasa nada, todo sigue igual, a pesar de todo y de todos, entonces? Ya
ni nos ruborizamos, ya nos acostumbramos! (Luego de escrito surgió el Show de
la Habana, la paz se firma el 20 de julio, vamos a ver.)
CUATRO
Que si no firmamos
cuanto antes la paz, las Farc van a tomarse las ciudades, las capitales. Eso
solo huele a infundir miedo, para que cegados por ese mismo miedo, echemos
cuanta bendición quieran los involucrados en esa firma. Toda la vida, creo que
todos convivimos con el miedo y el miedo a la guerrilla, que en cualquier caso
fue lejana para nosotros mismos, ya que en medio de esa ‘guerra’, a Dios
gracias, nunca nos tocó directamente. Si en los mejores tiempos de la guerrilla
no pudieron con las capitales, ahora que hay hasta drones –sin la!-, será que
pueden? –con la, tenemos demasiados-. Con Uribe de pronto sí nos hubiéramos
cagado del susto, porque como quiera, el señor ese infunde miedo –solo recuerdo
los tiempos en que en las entidades se oía la palabra: Llamada de Presidencia…
Dios nos ampare y nos favorezca, creo que más de uno se orinó literalmente en
los calzones-.
Debo advertir que
hemos sido privilegiados, los que hemos vivido en estas tierras, porque en más
de 50 años de violencia en este país, lo que fue la violencia como tal no nos
tocó; a algunos, las bombas de Pablo Escobar en Bogotá, sí los llegaron a
afectar.
No estamos ya viejos
para dejarnos infundir miedo? Las Farc están en capacidad de penetrar las
ciudades capitales? Me perdonan, pero lo dudo. Tienen plata, sí, pero gente
para esos efectos? Salvo que recluten a las llamadas Bacrim o con el nuevo
nombre que eufemísticamente les puso el señor ministro de defensa, confieso que
aún no me lo he aprendido.
Y ya que digo ésto,
interviene uno de mis yoes, el más venenoso que tengo, recordándome que
tenemos, desde hace muchísimo tiempo -y los del IGAC pueden confirmarlo-,
sistemas de rastreo muy avanzados –algún conocido me decía que el acceso a
satélites es tal, que desde ellos se podía ver a cualquier persona orinando en
un platanal-. Que la guerrilla no se ha exterminado ha sido por dos factores:
1) Los militares se volvieron miedosos –miedo a la Procuraduría, miedo a que no
los asciendan, qué mejor comodidad de la guerra desde el escritorio haciendo
plata?- y ellos saben en donde están los que quieren buscar, porque resulta
mejor hacerse rico antes del generalato! 2) la cobardía gubernamental para
tomar la iniciativa y dar las órdenes, con verraquera y calzones puestos.
“Todo es tan sencillo cuando uno no decide nada y se limita a obedecer.” (Eliette Abécassis. Qumrám).
Para efectos de que la guerrilla contraataque nuevamente
después de los diálogos, necesitamos, ahí sí, un dictadorcillo que no le
tiemble la mano ordenando la bala (ya van conociendo otra faceta de mis
dualidades, no creo en la democracia - dijo Winston Churchill: "La
democracia es el peor sistema, excepto todos los demás"-).
“Entonces comprendí que la mayor alegría del pueblo era poder gritar
todos a la vez, sin que importara nada lo que se grita ni por qué se grita,
pero al gritar con los demás uno se siente fuerte y está convencido de la
justicia de la causa por la cual se grita.” (O. Fallaci. Un Hombre). (Adoro la
democracia, me oigo decir del más irónico de mis yoes, el que se parece al Dr. House).
CINCO
Que si no se firma
la paz, subirán los impuestos, porque la paz es muy costosa, acaba de decir
Santos, con profunda ‘sabiduría’. Que recuerde, toda mi vida ha sido fiscalmente
pensada como economía de guerra. Nada más ver los rubros de defensa y los
aumentos que han tenido –beneficiándose claro está, los militares; y la mayoría
de no muy buena procedencia, pero dejo este veneno y continúo-. Por tanto, es
falso lo que dice Santos, pues el presupuesto nacional está diseñado para la
guerra, sólo baste ver los rubros y modificaciones que se le hacen. (“La
insensatez del inteligente es siempre mayor que la del tonto”. Mika
Waltari. Sinuhé el Egipcio, sin pretender endilgarle lo primero a Santos). Por el contrario, si la paz se firmara, el efecto debe ser contrario e
inmediato, bajar impuestos, porque ya no se necesitan tantos pesos para la
guerra –me criticarán por el facilismo
del argumento, pero lo veo así, tal vez en otras oportunidades pueda explicarme
mejor-.
Ahora, alguien se
habrá preguntado por los costos que hasta el momento ha demandado la Habana y
que desde la era de Uribe se han gastados? Cuánto gana cada uno de los
negociadores del gobierno mensualmente? Cuánto se ha ido en viáticos y pasajes?
Cuánto han costado los hoteles –incluidos todos los servicios? Pues Fidel no da
nada gratis-. Hasta acá una parte de la pregunta. Ahora, si la extendemos con
malicia un poco más, y los costos generados por la guerrilla, incluidos los
habanos, y demás gastos, quién los ha cubierto? Pues Fidel no da nada gratis.
(Se parece a la pregunta que al parecer nadie se ha hecho: Cuánto le costó al
país todas las gracias de Uribe cuando amaneció decidiendo cuál ministerio se
fusionaba con cual, cuál empresa eliminaría y cuál crearía? Alguien se lo ha preguntado?
Una vez hice el ejercicio de una de ellas y casi termino llorando, porque se
acercaba a algún punto del PIB –que aquí entre nos no sé para qué carajos le
sirve a la gente de a pie- además de todo el robo que entrañó todo ese
tejemaneje).
Solo puedo culminar
este blog, con la siguiente frase que la Fallaci puso en boca de Mao: “Cuando señalas con un dedo a la Luna, en
lugar de mirar a la Luna los estúpidos miran el dedo” y quedan soñando con que vieron la paz, agrego yo. (Va a pasar lo mismo que el metro de Bogotá, se morirá y no lo verá!
Me indica el más venenoso de mis yoes.)
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