lunes, 27 de febrero de 2017

LA MOSCA

De todos los animales de la creación el hombre es el único que bebe 
sin tener sed, come sin tener hambre y habla sin tener nada que decir[1].


Una mosca desvió mi atención mientras filosofaba sobre cualquier pendejada, de las que sólo a mí se me ocurren. Y viéndola con sus grandes ojazos cafés (ocelos, se llaman, recuerde la zoología que estudió!, me acordó alguien dentro de mis adentros), pensé cuánto tiempo podría vivir una mosca. Por mi ignorancia recurrí a mi viejo amigo el dotor Gugol, que me aclaró que en su vida adulta llega a durar entre 15 y 25 días. Me dije que era corto tiempo, visto desde mi perspectiva, pero para ella podría verse como una eternidad o como los 75 u 85 años nuestros, si llegaba a vieja y no moría bajo los efectos del Blackflag, estripada por cualquier matamoscas, pisada por cualquier transeúnte o digerida dentro de cualquier ave.

Y me llevó a la siguiente pregunta: qué pensará una mosca de la vida? Se afligirá? Pero mi respuesta me llevó a solucionar el problema pensando en que ella, al contrario que yo, no tenía siquiera conciencia de su propia existencia, por lo que esos pormenores no eran de su preocupación, simplemente vivía. Y ello me llevó a preguntarme, para qué carajos existe una mosca? Para qué la creó Dios, si eso hizo? Siendo facilista me limité a pensar que era parte de la cadena alimenticia de alguien. Qué cagada, me dije.

Y a pesar de que esa podía ser la respuesta a la existencia de todo animal, la de ser parte de la cadena alimenticia de alguien más, me asaltó la siguiente inquietud: Para qué carajos uno debe su existencia para ser cadena alimentaria de otro? Para qué carajos creó Dios la vida, si es que Él lo hizo, si la única finalidad es ser alimento el uno del otro? Hacia dónde iba la idea del ser Supremo para este experimento? Era consciente de su experimento o fue solamente un Ups! como el surgimiento de la penicilina, no era lo que buscaba, pero ya que salió…

Y mi mente se fue más allá, pensando en los que no creen en la intervención divina. Para qué surgió la vida espontánea? De no ser voluntad de ese Creador sino del surgimiento de A+B. Y entonces hice un pare, un pare mental. Me estoy metiendo en líos, pare ahí porque no respondo del resultado, pensé, como no lo fue la voluntad del Creador o la espontaneidad de elementos que sí se metieron en líos por hacer experimentos de los cuales no sabrán el resultado, hasta que se acabe toda la vida, en cuyo momento, cualquiera de las dos teorías llegará a la misma conclusión: para qué carajos era que era la creación de la vida? Eso, porque el tiempo lleva al olvido, al distorsionarse, al olvidarse, al distraerse.

Y volví a la mosca, tema más sencillo. Y concluí: apenas lógico, la mosca no tiene conciencia de ella misma, de lo que es su vida y simplemente vive, comiendo mierda, sí, sin eufemismos, es verdad, siempre se les ve saliendo de la mierda, comiéndola y luego revoloteando por ahí sin hacer nada más productivo, que es lo que supongo, sino zumbando como recordándonos que de la tierra venimos y a la tierra volvemos, qué ironía y que comemos mierda! O esa es su misión? Un recordatorio?

Sí, no tiene conciencia y con esa premisa iba a formular la consecuencia lógica. Los animales no tienen conciencia de su propia existencia, pero algo me frenó y me impidió formularla en voz alta. Pensé en los perros que han llegado a mi corazón, ellos, creo yo, tenían conciencia de su existencia y de la mía. Y recordé algún programa en el que evidenciaban que los gatos, perros, elefantes y micos se reconocen ante un espejo, adquieren conciencia de que el reflejo son ellos. Y estos animales responden e interactúan con el ser humano, hasta le obedecen, le entienden… Y aquí mi teoría se vino abajo.

Y devolví mi pensamiento al pensar en la mosca, si tuviera conciencia de ella misma o de su vida, sería feliz comiendo mierda?

Foto: JHB (D.R.A.)


Todos los animales son iguales,
pero algunos más iguales que los demás[2].


[1] John Steinbeck
[2] George Orwell


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