"Cuando
se tienen 20 años, uno cree haber resuelto el enigma del mundo; a los 30
reflexiona sobre él, y a los cuarenta descubre que es insoluble."(1)
Ya que pasó la fiebre política de elecciones y
que cualquier traspiés o desacierto del actual gobierno lo vienen cobrando con
todo e intereses aquellos de la oposición
o de los que simplemente no votaron por el ganador, como es mi caso, cayó en
mis manos la Política para Amador, de
Fernando Savater. Libro interesante, por demás, sin estar de acuerdo en muchas
cosas, estando de acuerdo en muchas otras.
Y eso me llevó a pensar en la política y en su
simiente, los partidos políticos de hoy. Reflexioné un poco, verificando mi
historia política de identificación partidista para ser más preciso y dentro
del contexto colombiano. Sinceramente nunca fui ni godo, ni liberal, ni verde,
ni anapista, menos comunista, ni de ninguna secta intermedia. Usé la política
según intereses si era necesario; mi mamá me dijo diga que usté es conservador, como su papá y eso fui. Afortunadamente para
acceder a los puestos que tuve nunca se requirió definición ni empujón
político. Por el contrario, una de mis jefes sabiendo mi desinterés por la
política me dijo en alguna oportunidad, diga que usté es godo y su jefe es el senador fulanito y así no lo joden.
Así fue. Pero sí conocí de primera mano muchas historias de la porquería, por
no decir podredumbre, de los políticos y eso ayudó más a que mi odio hacia
ellos sea erizante e hiriente.
Pero bueno,
fuera de mi repulsión, el tema no pudo pasar desapercibido por mi vida,
producto de estudios universitarios, de curiosidad histórica, lecturas varias.
Y hoy me pregunto, como me pregunté en algún blog anterior, sobre los partidos
políticos. Ya no la entiendo muy bien; antes un poco más, releyendo la política
inicial de este país, de qué se trataban los partidos, cómo se identificaban,
su filosofía, porque viéndolo bien, por estas épocas todos son iguales, lo
único distinto son los nombres.
Qué buscaban
los godos de antaño? Se resumía en patria, familia y tradición –como la iglesia
que era uno de sus baluartes-. Los liberales? Libertad, sobre todo económica.
Los comunistas? Ni idea, porque de comunidad y socialismo poco se veía y eso
que las sectas eran innumerables. Y los partidos nacientes en ese momento y hoy
murientes como la Anapo, MRL y no sigo.
Y hoy qué persiguen? Pareciera que no hay
ideales claros, no tienen vocación filosófica y todo se centra en el pastel que
quiere cada uno tomar. He pensado en qué se diferencian los partidos hoy y no
encuentro distinción, tanto que ni siquiera distingo las vertientes. Qué es
centro, qué es derecha, qué es izquierda, qué es ser verde, o comunista y mucho
menos entiendo qué es ser de centro derecha o izquierda o de centro centro; el
enmermelado es lo único cierto, la tajada del pastel hace bailar al político.
No les importa nada más, mantenerse comiendo pastel, indiferentes a los demás,
a las necesidades ajenas. Y tras todo ello: poder, no para compartir sino para
aferrarse a él, enriquecerse y querer más poder. En esto todos ellos se
identifican.
Hoy, políticamente no soy nada, aunque pudiera
decir que soy una amalgama del todo y de la nada, me gusta el gobierno fuerte y
firme; odio a los políticos, naturalmente; creo en la necesidad de una sociedad
igualitaria, pero no demasiado; en un estado justo, equitativo, libre de toda
contaminación. Pero sé que eso es mucho pensar con el deseo y por eso me toca
aguantarme con lo que tengo, bien o mal.
Esto da para seguir hablando, pontificando o
echando globos, que dejo un espacio para otro blog, mientras me esperan mis
cuadros.
De nuevo la cuestión: ¿es bueno o
malo este resultado? Te contesto, como antes, que pasó hace tanto tiempo que ya
no me acuerdo y que me da igual.(2)
Imagen de Google (3)
(1) August Strindberg. (1849-1912)
fue un escritor y dramaturgo sueco.
Considerado como uno de los escritores más importantes de Suecia y reconocido
en el mundo principalmente por sus obras de teatro, se le considera el
renovador del teatro sueco y precursor o antecedente del teatro de la crueldad y teatro del absurdo. Wikipedia.
(2) Fernando Savater.
Política para Amador.
(3) 34536303_888469888025485_8768283160506007552_n
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