Como si en esta vida no
hubiera suficientes enfermedades, la tecnología y el mismo Internet nos ha
llevado a descubrir y de contera adquirir más de ellas, pero además de las físicas
(artritis, carpianas, etc.) éstas son mentales, que uno cree imaginaciones
ajenas.
Cuántas veces piensa uno que
el celular está sonando o que le ha llegado un mensaje y mentiras, nada de
nada, solo imaginación, lo que a su vez genera un grado de angustia, tanto al
oírlo sonar como al saber que no es cierto.
La angustia de salir de casa
y no encontrar el celular en el lugar que comúnmente se lleva.
El miedo de atender una
llamada a deshoras por pensar lo peor que puede pasar. O el de ver que quien
llama es el jefe no siendo horas de atención al público.
El simple miedo de perder el
celular.
O el que genera cuando se
hace consulta médica con el doctor Google y el diagnóstico no es muy
apaciguador.
O el exceso del selfie con
su falsa sonrisa, de acuerdo con los cánones señalados por quién sabe quién
(abrir los labios, mostrar los dientes, demostrar que es feliz y hacer con los
dedos la ve, de no sé qué significado pueda tener). O los feos evitando salir
en la selfie, porque se saben feos y que será motivo de risa. Aunque los que se
hacen la selfie permanente han sido catalogados como el estado mental de constante deseo de fotografiarse a sí mismo y compartir fotos en
las redes sociales para compensar la falta de autoestima y para llenar un vacío
en la intimidad. No lo digo yo, lo dice dizque la Asociación Americana de
Psiquiatría(1).
Y cada una de
las situaciones mencionadas ya tienen su nombre propio(2),
habiendo muchas más, desde el no ser aceptado por el grupo, el ser criticado y
naturalmente está el pantallero, el sobrado, el venenoso y supongo que hasta el
gordo del grupo, como antaño establecía la jerarquía de convivencia.
Por eso creo
que el mundo estará en las manos de los siquiatras pues cada día nos hundimos
más en la red y los males que ella misma traerá a la humanidad.
—Siempre hay una explicación
para lo que hacemos y para lo que somos —prosiguió—. Y, si no, mírese usted
misma.(3)
Óleo sobre papel, con espátula. JHB (D.R.A.) |
(1) http://www.expansion.com/directivos/estilo-vida/tendencias/2016/03/06/56dc893646163f3e5f8b45bf.html
(2) Cibercondría. Telefonofobia.
Retterofobia. Selfiefobia. Vibranxiety. Editiovultafobia.
Phubbing. Selfitis. Whatsappitis. Nomofobia. Las definiciones
se pueden consultar en el artículo citado.
(3) Matilde Asensi.
El último Catón.
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