Tipo exportación es una de ellas. Me
preguntaba al leer una etiqueta, hoy tan común, que señala que el producto es
tipo exportación, lo que me llevó a pensar si los otros productos que no lo
son, son de mala calidad? Son los que eventualmente se quedan para consumo
interno, es decir, nos quedamos con la pasilla, con el producto sobrante. O es
sólo una frase para que al mismo producto le puedan subir el precio por la sola
mención de ser exportable, de mejor calidad, siendo la misma? Termina siendo un
engaño para despistar a despistados?
Eso me lleva a pensar en la ecología
puesta en moda, sin razón, sin lugar a razonamiento profundo. Ya todos somos
ecológicos, criticamos todo lo que cause daño al ecosistema, otra palabra
abusada, pero viendo nuestra propia necesidad olvidamos el efecto. Y me incluyo
dentro de ellos. Vi una propuesta del restaurante en que cada cual llevara el
envase para el domicilio del almuerzo, pues así se ayuda a la naturaleza. Lo
pensé inicialmente como idea para compartir, pero me vi en el plan de llevar
las ollas para que me despacharan el almuerzo, lavarlas luego y así seguir con
la rutina de la actividad. Pero no, me negué, no quiero cargar ollas, de todos
modos me están cargando al precio el envase, no estoy ayudando con la ecología
pero sí permitiendo que el vendedor gane más, porque no me va a rebajar el
recipiente. Otra mentira piadosa, basta ver las grandes superficies, como se
llaman ahora, que con el argumento ecológico dejaron de entregar las bolsas
supuestamente gratis, cuyo valor de todos modos estaban incluidos en el
producto, pues ellos nunca pierden, ahora las cobran con el sobreprecio que ya
tenían. Ganan por punta y punta y resulta que no hay tal colaboración con la
naturaleza.
Eso de huevos criollos que son más caros que el huevo
común y más de un vivo dice que son criollos, siendo corrientes. Y entonces me
preguntaba, si son criollos deberían ser más baratos porque les cuesta menos en
su producción pues la gallina se alimenta de pasto, tierra y lombrices y no de
concentrados y esto aplica a todas las hortalizas y vegetales que suponen que
no tiene químicos ni fertilizantes.
Y continuando con lo ecológico, siempre nos han dicho
que el ganado es el que más genera contaminación, mucho más que los gases de
vehículos. Siendo así, maten todas las vacas, extínganlas y evitamos el efecto,
si es que son las mayores productoras contaminantes. Pero en un documental que
vi, decían esto, pero señalaban más adelante que más contaminantes que el
ganado era la industria textil y luego mencionaban otra, que ya olvidé cuál era,
por la piedra que me dio al sentir la contradicción de que uno es el mayor
contaminante del planeta, pero hay otro que es más contaminante y luego otro
más. Al fin, cuál de ellos resulta ser el mayor? Si nos atenemos al idioma que
enseña que si es el mayor, no hay otro mayor, según mi lógica, pero…
Para culminar, aquello de zonas francas. Siempre me
enseñaron que las zonas francas o portuarias se constituían para la importación
de productos que vinieran de otros países. Hoy el concepto al parecer cambió
radicalmente. Nada más ver los productos de consumo cotidianos en que dicen que
son fabricados en Medellín, Itagüí o alrededores para la zona franca de
Tocancipá, Gachancipá o cualquiera otra y todo para evadir legalmente
impuestos, lo que quiere decir que se puede producir barato, pero la viveza
está en que hecha la ley, hecha la trampa, como señala el viejo aforismo.
Y así nos
mantenemos, con el juego de frases engañosas, en las que no quiero meter la
política, que es todavía más engañosa y vergonzosa, lo sabemos, pero las
aceptamos, porque ya forman parte del idioma cotidiano, del engaño en que
sabemos que nos engañan pero seguimos comprando, a pesar del engaño.
Todo
el libro estaba lleno de referencias a él, pero expandía sus ideas. Las
advertencias de Humboldt estaban dispersas entre todos sus libros —pequeñas
perlas de conocimiento aquí y allí, que muchas veces se perdían en el contexto
general—, pero Marsh ahora lo entretejía todo en un poderoso argumento. Hablaba
página tras página sobre los males de la deforestación. Explicaba que los
bosques protegían el suelo y los manantiales naturales. Cuando el bosque
desaparecía, el suelo desnudo quedaba a merced del viento, el sol y la lluvia.
La tierra dejaba de ser una esponja para convertirse en un montón de polvo. A
medida que el suelo estaba más «limpio», todo lo bueno desaparecía y «la tierra
deja de ser habitable para el hombre», terminaba. Era una visión pesimista. El
daño causado por dos o tres generaciones, decía, era tan catastrófico como la
erupción de un volcán o un terremoto. «Estamos —profetizaba— destruyendo el
suelo, los revestimientos, las puertas y los marcos de las ventanas de nuestra vivienda».(1)
Óleo sobre papel, espátula. 2018 JHB (D.R.A.) |
(1) Andrea
Wulf. La Invención de la naturaleza. El nuevo mundo de Alexander Humbolt. Y lo dijo hace más de cien años.
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