miércoles, 3 de julio de 2019

FRASES ENGAÑOSAS



            Tipo exportación es una de ellas. Me preguntaba al leer una etiqueta, hoy tan común, que señala que el producto es tipo exportación, lo que me llevó a pensar si los otros productos que no lo son, son de mala calidad? Son los que eventualmente se quedan para consumo interno, es decir, nos quedamos con la pasilla, con el producto sobrante. O es sólo una frase para que al mismo producto le puedan subir el precio por la sola mención de ser exportable, de mejor calidad, siendo la misma? Termina siendo un engaño para despistar a despistados?

            Eso me lleva a pensar en la ecología puesta en moda, sin razón, sin lugar a razonamiento profundo. Ya todos somos ecológicos, criticamos todo lo que cause daño al ecosistema, otra palabra abusada, pero viendo nuestra propia necesidad olvidamos el efecto. Y me incluyo dentro de ellos. Vi una propuesta del restaurante en que cada cual llevara el envase para el domicilio del almuerzo, pues así se ayuda a la naturaleza. Lo pensé inicialmente como idea para compartir, pero me vi en el plan de llevar las ollas para que me despacharan el almuerzo, lavarlas luego y así seguir con la rutina de la actividad. Pero no, me negué, no quiero cargar ollas, de todos modos me están cargando al precio el envase, no estoy ayudando con la ecología pero sí permitiendo que el vendedor gane más, porque no me va a rebajar el recipiente. Otra mentira piadosa, basta ver las grandes superficies, como se llaman ahora, que con el argumento ecológico dejaron de entregar las bolsas supuestamente gratis, cuyo valor de todos modos estaban incluidos en el producto, pues ellos nunca pierden, ahora las cobran con el sobreprecio que ya tenían. Ganan por punta y punta y resulta que no hay tal colaboración con la naturaleza.

Eso de huevos criollos que son más caros que el huevo común y más de un vivo dice que son criollos, siendo corrientes. Y entonces me preguntaba, si son criollos deberían ser más baratos porque les cuesta menos en su producción pues la gallina se alimenta de pasto, tierra y lombrices y no de concentrados y esto aplica a todas las hortalizas y vegetales que suponen que no tiene químicos ni fertilizantes.

Y continuando con lo ecológico, siempre nos han dicho que el ganado es el que más genera contaminación, mucho más que los gases de vehículos. Siendo así, maten todas las vacas, extínganlas y evitamos el efecto, si es que son las mayores productoras contaminantes. Pero en un documental que vi, decían esto, pero señalaban más adelante que más contaminantes que el ganado era la industria textil y luego mencionaban otra, que ya olvidé cuál era, por la piedra que me dio al sentir la contradicción de que uno es el mayor contaminante del planeta, pero hay otro que es más contaminante y luego otro más. Al fin, cuál de ellos resulta ser el mayor? Si nos atenemos al idioma que enseña que si es el mayor, no hay otro mayor, según mi lógica, pero…

Para culminar, aquello de zonas francas. Siempre me enseñaron que las zonas francas o portuarias se constituían para la importación de productos que vinieran de otros países. Hoy el concepto al parecer cambió radicalmente. Nada más ver los productos de consumo cotidianos en que dicen que son fabricados en Medellín, Itagüí o alrededores para la zona franca de Tocancipá, Gachancipá o cualquiera otra y todo para evadir legalmente impuestos, lo que quiere decir que se puede producir barato, pero la viveza está en que hecha la ley, hecha la trampa, como señala el viejo aforismo.

 Y así nos mantenemos, con el juego de frases engañosas, en las que no quiero meter la política, que es todavía más engañosa y vergonzosa, lo sabemos, pero las aceptamos, porque ya forman parte del idioma cotidiano, del engaño en que sabemos que nos engañan pero seguimos comprando, a pesar del engaño.

Todo el libro estaba lleno de referencias a él, pero expandía sus ideas. Las advertencias de Humboldt estaban dispersas entre todos sus libros —pequeñas perlas de conocimiento aquí y allí, que muchas veces se perdían en el contexto general—, pero Marsh ahora lo entretejía todo en un poderoso argumento. Hablaba página tras página sobre los males de la deforestación. Explicaba que los bosques protegían el suelo y los manantiales naturales. Cuando el bosque desaparecía, el suelo desnudo quedaba a merced del viento, el sol y la lluvia. La tierra dejaba de ser una esponja para convertirse en un montón de polvo. A medida que el suelo estaba más «limpio», todo lo bueno desaparecía y «la tierra deja de ser habitable para el hombre», terminaba. Era una visión pesimista. El daño causado por dos o tres generaciones, decía, era tan catastrófico como la erupción de un volcán o un terremoto. «Estamos —profetizaba— destruyendo el suelo, los revestimientos, las puertas y los marcos de las ventanas de nuestra vivienda».(1)

Óleo sobre papel, espátula. 2018 JHB (D.R.A.)


(1) Andrea Wulf. La Invención de la naturaleza. El nuevo mundo de Alexander Humbolt. Y lo dijo hace más de cien años.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario