Siendo apasionado por la lectura,
con sus épocas correspondientes a mucha lectura o a su abandono, me puse a
pensar en cuántos libros habré leído a lo largo de mi vida, ya en vías de
agotamiento.
El gusto me nació cuando tenía
aproximadamente unos doce o trece años, por lo tanto esos años iniciales no
cuentan, lo que me llevaría a pensar que han sido cincuenta años en los que la
lectura ocupan parte de la vida, debiendo descartar todo lo leído con ocasión
del estudio, de la profesión, del trabajo y de las revistas de consultorio y
peluquería.
Como dije, hubo épocas de extrema
lectura –siempre buena literatura-, como los iniciales de la juventud en que
para evitar enfrentarme al aburrimiento del día luego del colegio cogía un
libro de la biblioteca que mi anciano padre formó a lo largo de su vida.
Digamos que leía un libro cada diez días, es decir tres al mes. Digamos que en
diez años leí trescientos. Llegó la época universitaria y supongo que le
lectura bajó a doce al año, que por cinco años son sesenta libros. La época
laboral, muy dispareja la lectura, más bien ocasional, en sus primero tiempos,
pero con el mismo tiempo y la posibilidad de que me los prestaran, dado que el
valor del libro a lo largo de los años ha sido costoso, hizo del tiempo de
lectura fluctuante. Aprovechaba las ferias del libro en las que en aquellas
épocas se lograban conseguir buenas novelas y los papayasos de tres por uno y
otras gangas permitían un mejor acceso a la lectura. Cómo calcular lo leído a
lo largo de ese tiempo, pensando en aquellos trabajos en que no era mucha la
demanda de mi tiempo laboral era mucho lo que aprovechaba para leer. Es difícil
el cálculo, porque esa vida laboral me ocupó cerca de treinta años.
Promediando, con un margen de error que no sé calcular, podría pensar que leía
dos al mes, veinticuatro al año por treinta, dan setecientos veinte.
Ya en estos últimos años, entré a la
era digital, a pesar de que inicialmente, por el rechazo al cambio, me negaba a
la lectura en computador o similar. Hoy la cosa es diferente, así como la
lectura, al conseguirse gratis –o pirateada, si lo prefieren-, hace que me haya
vuelto mejor lector y más exigente. Muchas veces me leo dos libros
simultáneamente, lo que me lleva a pensar que en los últimos diez años me haya
leído unos tres libros mensuales, lo que me darían trescientos sesenta más, para
concluir con unos mil libros, si le quito un margen de error del 10%. Y yo
pensaba que eran muchos más, quedándome en cola más de doscientos, mas los que
quisiera releer y los que van apareciendo.
Y de lo no leído recurro a Italo
Calvino (1), con transcripción literal
–para no poner el sic- y de esa manera culminar con mis pensamientos sobre los
libros:
… en el escaparate de la librería localizaste la
portada con el título que buscabas. Siguiendo esa huella visual te abriste paso
en la tienda a través de la tupida barrera de los Libros Que No Has Leído que
te miraban ceñudos desde mostradores y estanterías tratando de intimidarte. Pero
tú sabes que no debes dejarte acoquinar, que entre ellos se despliegan
hectáreas y hectáreas de los Libros Que Puedes Prescindir De Leer, de los Libros
Hechos Para Otros Usos Que La Lectura, de los Libros Ya Leídos Sin Necesidad
Siquiera De Abrirlos Pues Pertenecen A La Categoría De Lo Ya Leído Antes Aún De
Haber Sido Escrito. Y así superas el primer cinturón de baluartes y te cae
encima la infantería de los Libros Que Si Tuvieras Más Vidas Que Vivir
Ciertamente Los Leerías También De Buen Grado Pero Por Desgracia Los Días Que
Tienes Que Vivir Son Los Que Son. Con rápido movimiento saltas sobre ellos y
llegas en medio de las falanges de los Libros Que Tienes Intención De Leer
Aunque Antes Deberías Leer Otros, de los Libros Demasiado Caros Que Podrías
Esperar A Comprarlos Cuando Los Revendan A Mitad De Precio, de los Libros ídem
Deídem Cuando Los Reediten En Bolsillo, de los Libros Que Podrías Pedirle A Alguien
Que Te Preste, de los Libros Que Todos Han Leído Con que Es Casi Como Si Los
Hubieras Leído También Tú. Eludiendo estos asaltos, llegas bajo las torres del
fortín, donde ofrecen resistencia los Libros Que Hace Mucho Tiempo Tienes
Programado Leer, los Libros Que Buscabas Desde Hace Años Sin Encontrarlos, los
Libros Que Se Refieren A Algo Que Te Interesa En Este Momento, los Libros Que
Quieres Tener Al Alcance De La Mano Por Si Acaso, los Libros Que Podrías
Apartar Para Leerlos A Lo Mejor Este Verano, los Libros Que Te Faltan Para
Colocarlos Junto A Otros Libros En Tu Estantería, los Libros Que Te Inspiran
Una Curiosidad Repentina, Frenética Y No Claramente Justificable. Hete aquí que
te ha sido posible reducir el número ilimitado de fuerzas en presencia a un
conjunto muy grande, sí, pero en cualquier caso calculable con un número
finito, aunque este relativo alivio se vea acechado por las emboscadas de los
Libros Leídos Hace Tanto Tiempo Que Sería Hora de Releerlos y de los Libros Que
Has Fingido Siempre Haber Leído Mientras Que Ya Sería Hora De Que Te decidieses
A Leerlos De Veras. Te liberas con rápidos zigzags y penetras de un salto en la
ciudadela de las Novedades Cuyo Autor O Tema Te Atrae. También en el interior
de esta fortaleza puedes practicar brechas entre las escuadras de los
defensores dividiéndolas en Novedades De Autores O Temas No Nuevos (para ti o
en absoluto) y Novedades De Autores O Temas Completamente Desconocidos (al menos
para ti) y definir la atracción que sobre ti ejercen basándote en tus deseos y
necesidades de nuevo y de no nuevo (de lo nuevo que buscas en lo no nuevo y de
lo no nuevo que buscas en lo nuevo).
Óleo sobre papel. Espátula. JHB (D.R.A.) |
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