viernes, 13 de septiembre de 2019

FILOSOFANDO EN LA INTIMIDAD



            Respondemos a preguntas que otros hicieron, a respuestas que otros dieron. Repetimos simplemente preguntas y respuestas de otros, algunas que nos ayudan a no descubrirlas por nuestra cuenta, al necesitar la pregunta o la respuesta ajena, tal vez más docta, tal vez menos vergonzante. O porque desobstaculizan (si la palabra es dable) nuestro camino, como por ejemplo disquisiciones en torno a la aparición y sobrevivencia del fuego o de la rueda.

            Mientras otras, muchas más, nos fueron impuestas, las aceptamos como dogma, como verdad revelada o simplemente a regañadientas, para no ser un problema más, para no ser considerados un problema. Existe Dios? Por ejemplo.

            Naturalmente hay otras preguntas sin una respuesta, a veces con múltiples posibilidades, muchas veces contradictorias entre sí, pero sin respuesta final. Otras, respuestas sin preguntas, por ser obvias, por no ser incómodas. Y también preguntas, hay preguntas que no nos hemos hecho, por respuestas que no queremos oír, que nos incomoda oír o que simplemente no deben hacerse.

            Otras, preguntas o respuestas, que deberían hacerse pero que es mejor dejar inconclusas, pues no hay nada mejor que dejarlas en puntos suspensivos.

Hay relatos de tamaño convencional y otros que ocupan un solo párrafo; uno está escrito como un esquema y otro como una entrada de diccionario; hay transcripciones de entrevistas cuyas preguntas jamás leemos, pero imaginamos; hay notas a pie de página que puntúan (y a veces desmienten) lo que dice el texto. (1)



Óleo sobre papel, espátula. JHB (D.R.A.)

[1] David Foster Wallas. Entrevistas con seres desagradables.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario