viernes, 6 de septiembre de 2019

PENSAMIENTOS TRAIDORES


En medio de la tranquilidad viene un acosador, que sin piedad siembra la cizaña y hace que el placer se evapore con la duda, con la inquietud, sembrando hasta miedo. Y es una jugarreta de la mente, que si he de ser sincero, es una demente. Y es cierto, yo lo afirmo, sin respaldo científico, sin conocimiento alguno, solo por experiencia.

Tantas veces en que me he sentido tranquilo, con la paz del alma y un algo, una neurona inquieta invalida esa sensación de complacencia que se tenía. Cualquier cosa da pie para que esos estados anímicos se vean perturbados por una fracción de segundo que logra hacer estragos. Es un nada que se convierte en todo.

No se puede estar tranquilo por esa loca de la casa que es el cerebro, la mente, el pensamiento, la que distrae, la que influye, la que atormenta, es una envidiosa completa. Es ese pensamiento depresivo, negativo, que todo mata, que ahuyenta la paz. Es ese pensamiento envidioso que no admite que se pueda vivir sin ella.

Cuántas veces, estando en placidez, una idea loca, negativa, como dije, envidiosa, nos trastorna y desvía la complacencia en uno mismo. Es el cerebro culpable, como lo es ese pensamiento, como es la neurona transmisora, que no nos puede ver en paz y solo queda tranquila cuando ha desviado nuestra atención a su antojo. Es como una tonada que se enquista y que no quiere irse.

¿Será por eso que uno vive en permanente lucha con uno mismo? Así las cosas, es imposible la paz, si uno no puede estar tranquilo ni con uno mismo, qué tal que se viviera en sociedad de pensamiento?

Otra disquisición de un viejito desocupado.

Para él el sueño no era otra cosa que la vida en clave. Soñar era otra forma de estar alerta: “El perro es el animal más despierto y sin embargo duerme todo el día”.(1)

Tomado de Facebook.
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(1) Georg Lichtenberg. Aforismos. Edición de Juan Villoro.

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