Ya no creo en los simbolismos,
porque hemos llegado al colmo de la estupidez. Pedirle públicamente perdón al
planeta! A los indios (léase judíos, campesinos, líderes sociales) exterminados
desde hace siglos!
Hay pasados que se deben superar,
sin necesidad de olvidar, es simplemente cosa de dejar pasar.
No creo que en los simbolismos como
tampoco en los estereotipos y las verdades
colectivas, porque no siempre son ciertos o justos o reales o verdaderos.
En el detalle está el diablo y por allí se mete todo tipo de estupidez humana,
se contagian, se copian, como la bandera a media asta, como ahora hacen los
pueblos españoles, cada vez que matan a una mujer (porque si se mata una mujer
es una catástrofe, pero si es hombre, el olvido es total, no hay bandera ni
asta), como si así la revivieran, como una forma de reivindicar su insuficiente
deber de seguridad. La cuestión es que debería haber seguridad no solo para la
mujer, sino para todo ser humano, por el solo hecho de serlo. Pero por simbolismo
parece que es importante, para ellos, poner el asta a media vela, en vez de
tomar medidas que eviten la inseguridad. Porque he de decirlo, los hombres (no
la especie sino el género, aunque suene impropio), tenemos derechos, somos
sometidos, vapuleados no solo por los feministas, por los homosexuales, por los
izquierdosos, expertos en simbolismos vacíos. Pero no se puede decir, ni
siquiera en voz alta, debemos callarlo para que el colectivo y redes sociales no nos abucheen, no nos dejen de lado,
no nos olviden.
Y el problema es que estamos
cargados ahora de simbolismos que jalan la masa pero que están vacíos, que son
solo juegos de poder, mentiras alucinadas de verdades a medias, de juego de
palabras, altisonantes pero poco profundas, por eso ya no creo en los
simbolismos sociales, de colectivos ni de redes sociales, son tan etéreos como
el pensamiento mismo de quien los crea.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario