viernes, 26 de marzo de 2021

CALIGRAFÍA

             La caligrafía es el arte de escribir con letra bella, artística y correctamente formada, siguiendo diferentes estilos; pero también puede entenderse como el conjunto de rasgos que caracterizan la escritura de una persona o de un documento. Una perspectiva clásica definiría a la caligrafía como el conjunto de letras escritas que dependen del flujo y ritmo de la pluma, pincel o instrumento de borde plano que se utiliza para su trazado. Rufino Blanco definió la caligrafía como «el arte de representar con belleza los sonidos orales por medio de signos gráficos, o bien, la única bella arte gráfica de la palabra», nos enseña Wikipedia.

             Antaño materia importante que desde niños se nos imponía, tan importante como el uno más uno. Me enseñaron, como a todos los viejos, la caligrafía Palmer[1] o cursiva como se identifica hoy. Bonita letra, la mía no tanto, no tuve la suerte de escribir con estilo. Con el tiempo y la práctica se hacía más legible, aunque ante el afán de copiar lo escrito en el tablero, antes de que borraran, se iba haciendo ilegible. Pero con suerte siempre fue legible.

             Sin embargo la tecnología ha venido desplazando el arte de escribir, a mano, preciso, pues el escribir subsiste, a pesar de que las nuevas generaciones al hacerlo han venido disminuyendo la grafía, por ahorrarse supongo que algo de su precioso tiempo y hasta se ha venido suplantando con los tales emoticones, para ahorrar su precioso tiempo, insisto.

             Con el tiempo, decía, los computadores fueron reemplazando el escrito a mano y la mano se volvió ágil para teclear, pero lerda para expresar el pensamiento a través de ella. Lo veo por experiencia, hace muchos años había dejado de escribir, a un lado quedaron lápices, esferos y estilógrafos y los cambié por el teclado, que gracias a haber aprendido en la vieja máquina de escribir de mi papá, dominaba de cualquier manera, aunque él insistiera en el uso de todos los dedos (izquierda: asdfgf e derecha: ñlkjhj, repetir hasta el cansancio), como enseñaba el método; hoy son tres los dedos que más utilizo, con bastante eficiencia y generalmente sin ver las teclas oprimidas, al menos aprendí eso.

             Y la caligrafía se quedó en el tiempo y los manuales correspondientes se fueron evaporando, no porque se deseara, sino porque el tiempo se impone. Hoy, escribiendo en papel o a mano, si se prefiere, veo como mi letra se va haciendo cada vez más ilegible, no sé si por la rapidez que existe entre el pensamiento y lo que voy trascribiendo o por la falta de práctica, aunque no he desechado mi estilógrafo, de tinta verde, que me hace aferrarme a un pasado que no quiero olvidar.

Los jóvenes tenían los ojos llenos de deseos, los viejos hacían todo lo posible para quitarse de encima el mal olor del pasado.[2]



Tomado de Google
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[1] El método Palmer de caligrafía comercial desarrollado y promovido por Austin Norman Palmer a finales del siglo XIX y principios del XX, se convirtió en el sistema de escritura más popular en los Estados Unidos y otros países donde se implantó. (…) En este método a los estudiantes se les enseñaba a adoptar un sistema uniforme de escritura cursiva con movimientos rítmicos. Las personas zurdas eran, por lo general, obligadas a utilizar su mano derecha. El método Palmer involucraba movimientos musculares en los cuales los músculos más próximos al brazo se utilizaban para el movimiento al escribir en lugar de permitir que los dedos se movieran durante la escritura. Wikipedia.

[2] Marco Vicchi. El recién llegado.

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