lunes, 27 de marzo de 2023

DESPRESTIGIO

                La sola dualidad de su definición hace que la palabra o bien indique pérdida o bien ausencia: de prestigio o de buena fama. Y si se hace alusión al verbo, da una nueva acepción que da lugar a la privación. Entonces tres vértices que implican: pérdida, ausencia o privación. Sigo dando vueltas, pero dejemos así.

 

                Pensaba en que estamos en una época de desprestigio de lo que en algún momento se creyó; aunque viéndolo con mirada retrospectiva, reciente y remota, desde hace demasiado tiempo estamos como estamos.

 

                Por partes, entonces. El congreso es lo más desprestigiado que tenemos, junto con los políticos que hacen parte de esa maquinaria, lo que indicaría que perdió el prestigio y que a la vez, tal vez por el mismo hecho, lo privamos de él. Y así podemos seguir dando un paseo para ese estado social de derecho que tan buenamente quedó grabado, pero que tan malamente es aplicado. La justicia igualmente y por las mismas razones, aunque también es hasta por ausencia (de justicia). Y el ejército y la policía, lo perdieron, está ausente y se lo hemos privado, todo al tiempo. El presidente, si lo tenía lo perdió, hasta el momento. La vicepresidente es que está absolutamente ausente de lo que se llama prestigio; vergüenza me da ese personaje, si es que puedo manifestarlo. El resto de gobierno, más desprestigiado para dónde.

 

                Visto así estamos jodidos y lo peor y a pesar de lo que digan los profundos estudios de reputadísimas universidades, no hay solución y tampoco se vislumbra.

 

                Ese es el panorama y estamos jodidos, repito. Si se preguntara lo que acontece en el resto del mundo, tanto gobierno, congreso o parlamento, ejército o policía, justicia y políticos son y ellos están privados, ausentes o perdidos del prestigio.

 

Qué coincidencia, dirá alguno. Qué curiosidad, digo yo. Todo el mundo? Según mi percepción, sí. Estamos jodidos, sigo insistiendo.

 

Pero es cosa de ahora? No, qué va. Mírese en cualquiera de las épocas de la humanidad, antigua, edad media, moderna, contemporánea, en todos igualito que hoy, con las variantes que en cada época han debido tener; nos remitimos a la historia para quienes no la hayan leído. Nada más ver los imperios romano, egipcio, griego o chino, por citar algunos, tienen sus propias historias, si se ha sabido leer bien. Entonces de qué nos quejamos si es un mal endémico de la humanidad aun a pesar de quienes creen que lo tienen.

 

Estamos jodidos, me repito incansablemente y no hay nada qué hacer (vos si sos pesimista, me dirán) y por eso quedo ausente, perdido y privado al saber que definitivamente estamos jodidos, aunque es de reconocer que se han presentado contrapesos que de alguna manera han permitido que lleguemos hasta ahora, permeados pero sobrevivientes, en medio de esa enfermedad.

 

O seré soló yo el que se ha dado cuenta. Parodiando a Borges: El mayor defecto del olvido es que a veces incluye a la memoria.

 

Un pueblo sin memoria es un pueblo sin futuro. Pero la conservación y la evocación de la memoria suele ser un asunto complicado. Lo que recordamos nunca refleja la totalidad de un hecho, un país, una época, sino sólo aquella percepción de lo que hemos vivido, condicionada además por lo que somos y pensamos, y que evocamos además selectivamente. Por eso es tan importante para la memoria colectiva contar con múltiples relatos, todos necesarios para evitar los olvidos, también selectivos, que pueden ocultar importantes lecciones imprescindibles para el futuro[1]. (Que de todos modos no serán atendidas, agrego).

Tomado de Facebook
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[1] La memoria y el olvido. Leonardo Padura. La cita de Borges también proviene de este libro.

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