viernes, 17 de marzo de 2023

MÁS PENSAMIENTOS ÍNTIMOS

                Pensaba en voz alta, pero solo para mí. Para oírme, aunque la mayoría de las veces no me hago caso. Sé que me hablo, que hasta puedo darme buenos consejos, pero desconfío de mí mismo, porque algunas veces no acierto, aunque algunas sí y siempre viene el mismo sonsonete: Yo se lo advertí, pero cuando atino no dice ni mú. Se hace el desentendido, se hace, en una palabra, el pendejo.

 

                También hablo conmigo, en silencio, aunque ahora poco importa, especialmente cuando se habla en voz alta con uno mismo. Antes no se podía hablar con uno mismo en voz alta, por una propensión a que se le tratara de loco. Hoy, la cosa cambió, ya no solo se habla solo en voz alta sino hasta se gesticula y en el entretanto se camina sin cesar de aquí para allá, como divagando con el camino, pues es lo normal cuando se puede hablar por celular. Cuántas veces no he oído a mis espaldas un buenos días y uno contesta creyendo que es con uno, pero vaya sorpresa, es alguien que está saludan a otro alguien en el celular y termina uno sintiéndose, al darse cuenta, que no es con uno y se siente lo tarado, lo fuera de sitio, con un saludo verbalizado que quedó en el aire.

 

                Pero me desvié[1], decía también que al hablar conmigo en voz silente, es decir no verbalizado en voz alta y con palabras, pues de qué otra forma podría ser, pues en el silencio se habla con pensamientos, que supongo también que se verbalizan con palabras, terminan siendo las mismas conversaciones y porque ya uno se conoce y sabe cuáles son sus límites, aunque no quiera reconocerlo, porque hasta en esa misma intimidad uno no está dispuesto a reconocer errores o debilidades, pues estamos diseñados hasta para decirnos mentiras, ocultando verdades que no queremos oír ni esa, nuestra intimidad.

 

                Qué descarados somos y aún así pretendemos entender el mundo y para colmo, al prójimo.

 

En aquel momento él recordó una frase que concentraba en pocas palabras una gran sabiduría: «A las críticas un hombre las puede negar o refutar, sin embargo, ante el elogio se encuentra indefenso».[2]

Tomado de Facebook
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[1] Y realmente me desvié del tema con el que quería tratar este blog, que era relacionado con la belleza de la naturaleza, tema que tocará dejar para otra oportunidad, ya que en esta no se pudo, por las desviaciones propias de mi pensamiento.

[2] Juegos mortales. Raul Garbantes.

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