lunes, 6 de marzo de 2023

PROPÓSITO

                Todos tenemos un propósito. Todos tenemos una razón de ser. Eso es lo que nos dicen. Pero será verdad? Uno se cree casi todo lo que le dicen, para no pasar de ignorante, por no pasar de ser diferente. Pero realmente hay una razón de ser? Debemos tener un propósito? Todo porque así ha de ser? Y si no hay una razón para ser? Si no hay objetivo? Si todo son frases vacías, si son solo frases de autoayuda?

 

                Eso me llevó a pensar en el suicida, no en el despechado sino en el filosófico, si así puede llamársele. En aquél que llegó a la conclusión de que no existe un propósito en la vida, que no hay una razón de ser, que la vida no tiene razón de ser. Y que también llegó a la conclusión de que no vale la pena vivir algo que en últimas no tiene razón última. Que el pensar que la vida es nacer, crecer, estudiar, trabajar, trabajar, tener un matrimonio, trabajar, trabajar, procrear y esperar a la pensión. Y que más allá de todo es esperar la muerte, sin saber qué va a pasar más allá, puede que esté el cielo prometido o la nada de nada.

 

                De ser así, no está en su pleno derecho de decidir si para o continúa? Y esto me llevó a pensar en el suicida, en general. Tiene derecho a decidir cuándo se acaba si igualmente tiene derecho a la vida? Acaso uno no es el determinante para tomar la decisión? Ya sé, muchos van a decir que uno no tiene tal derecho, que es cuestión divina y que solo Dios tiene esa decisión. Pero… pienso en los enfermos mentales, en los terminales, en todas aquellas personas que consideran que deben terminar porque ya el futuro no les ofrece más que dolor, angustia, desesperanza. Ellos tienen derecho a decidirlo y es más, el estado debería estar en la obligación de darle los medios para que así sea, evitar que terminen en lo que denominan suicidios sucios (que vendrían a ser aquellos en que la sangre o el horror crean más traumatismos para quienes quedan) y evitar también tanto sicópata que no hace más que agravar a esta humanidad agobiada y doliente.

 

                Son solo pensamientos al entender que la vida no tiene otro propósito que la vida misma. Ya veremos si vuelvo al tema.

 

Generalmente, la gente no piensa en esas cosas, como es normal. En nuestro mundo, todo lo que está muerto es inútil, y un cuerpo humano muerto también lo es. Mostrar algún tipo de sentimentalismo es innecesario. El alma ya no está. Sólo queda la cáscara, y la cáscara no es nada. Tienes que verlo desde el punto de vista médico. El cuerpo no es nada, ¿entiendes?[1]

Tomado de Facebook
330825904_551513040279430_9004325426862206495_n



[1] Las marismas. Arnaldur Indriðason.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario