Somos un mundo de deseos. Cómo nos programaron para ello?
No nos conformamos con lo que tenemos. No señor, no nos conformamos. Siempre se quiere algo y una vez obtenido el deseo se desvía en búsqueda de otro, mayor o menor, aunque parezca que generalmente es a uno mayor.
El deseo que querer tener algo. Una vez obtenido, como dije, gozado o no, viene otro deseo, pareciera que es pura programación, siempre insatisfechos, siempre por un algo que creemos satisfará el ansia de tenerlo.
Nada más pensar en un ejemplo, como hombre, sin pretender sonar machista (o si se quiere se puede ser tildado como tal, a quién le importa) y lo decía por el ejemplo que voy a poner. Un destornillador (de allí que me puedan tildar de machista pues el asunto de las herramientas tradicionalmente han sido maña masculina). Se tiene un destornillador, que se usa muy de vez en cuando, pero se conoce uno más fuerte, uno de mejor marca, uno más bonito por su presentación, diseño o publicidad o por un mero comentario oído de alguien y el deseo surge de tener otro destornillador, a pesar de que el primero cumple con todos los requisitos del caso y sin importar si ha sido o no usado hasta ese momento. Entonces se encuentra uno con uno anunciado como telescópico con imán (por aquello de la pereza de agacharse a recoger el tornillo caído) y no hay Dios que impida el deseo de tenerlo. Se compra sin mayor discusión y ya se tienen dos destornilladores que cumplen la misma función. Se ve otro y téngale que se compra y ya se tienen tres destornilladores, que cumplen la misma función y que no han tenido el gran uso que uno jura que requiere. Y surge una promoción y téngale que se compra, teniendo ya varios que no se han usado y que cumplen la misma función. Pero además, se necesita el de pala, el de estrella, el exagonal (que jamás tendrá uso), de tres puntas, plano o de pala grande, mediano o pequeño, porque uno nunca sabe cuándo lo va a necesitar. Y se pierde la cuenta de cuántos destornilladores se tienen, pero se tienen y vaya uno a buscarlos y nunca encontrará el que necesita, ironías de la vida, eso es. Y se tiene toda una caja de herramientas, arrumadas en cualquier lugar, usadas muy escasamente, pero se tienen.
Y así es con todo en esta vida o pregúntese a una mujer (así me tilden de lo que quieran) cuántas cajas de maquillaje tienen, por no decir zapatos, medio usados, no usados, simplemente coleccionados. Coleccionamos insatisfacciones y siempre buscamos más, pudiéndonos conformar con una sola, que nos daría más satisfacción que tener la colección completa que nunca se usará, pero así somos, puros soñadores insatisfechos, buscando otra pareja, otra casa, otro carro, otro trabajo y hasta otros hijos al no estar satisfechos con lo que tenemos. En una palabra, estamos jodidos, no hay de otra.
El simplismo puede ser la solución a la necesidad de tener otra cosa más.
He dicho.
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