miércoles, 10 de mayo de 2023

FISONOMÍA

                Tuve un sueño, como casi todos los días, me digo. Pero lo curioso es que en el sueño vi a una muchacha que conocí hace muchos años, demasiados, lo que quiere decir que en el sueño puede tener veinte años menos de los que hoy tendría, ella y yo, aclaro.

 

                Traté de recordar su nombre, aunque dentro del sueño no era necesario, porque allí dentro estaba toda la información requerida, que a la larga no era necesaria.

 

                Una vez despierto, su imagen de juventud estaba allí, con las características del recuerdo de vieja data, pero no vislumbraba en dónde la conocí, pero sabía que era ella. Infructuosos los esfuerzos por recordar al menos su nombre, hasta el momento sigue anónima, aunque fresco el recuerdo de su fisonomía, tal vez el recuerdo de su figura la última vez que la vi.

 

                El recuerdo quedó congelado en el sueño igualmente congelado. Imágenes que se tienen pero que fuera de esa imagen congelada no dicen nada más. Es solo una imagen que se quedó congelada allí, tanto en el recuerdo como en estos momentos en que intento vanamente recordar algo más de ella, al menos su nombre.

 

                Más me vale dejar la cosa así, porque veinte años, al menos, han dejado mella, más a mí que a ella, pues en esa época le llevaba al menos quince años y la diferencia es diferencia. Es mejor dejar congelada la imagen, me dije.

 

Me miro en el espejo y me pregunto si ese de allí soy yo.[1]

Tomado de Facebook
317238882_5708630459217890_909622372107905686_n



[1] Domenico Modugno. Cómo has hecho.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario