viernes, 12 de mayo de 2023

SENSACIONES

                Hay sensaciones que resultan indescriptibles. Se sienten en un momento, al rato han desaparecido. Sensación de tristeza, por ejemplo; de pérdida; de culpa, por citar algunas, las principales, negativas. De igual manera de recuerdo, de nostalgia, de añoranza y disfrute, de buenos momentos.

 

                Sensaciones agradables, no tan agradables y desagradables, que van y vienen sin sentido, sin advertencia, sin anuncio y de la misma manera desaparecen, escapándose cual vil rastrera, aunque las negativas son más duraderas, son insidiosas, mezquinas y depresivas y más renuentes a evaporarse. Al contrario de las buenas sensaciones, esas desaparecen en un suspiro, muchas veces sin dejarnos volver a disfrutarlas, como debería.

 

                Y las sensaciones deben tener su secreto. Aparecen como por arte de magia y uno queda sin explicación lógica, cuando hacen su aparición y uno no acaba de entender cómo y para qué aparecieron, dejando la sensación correspondiente, buena o mala.

 

                Las que conducen a la depresión son las más corrientes, es como si estuvieran pendientes de los buenos momentos para aparecer y deshacerlos, pura envidia (me digo). Y cuando se van, sin explicación, queda uno petrificado al no saber para qué carajos tenían que aparecer, en un día que podía ser corriente, al menos sin el estrés de una visita no anunciada, no querida, no deseada.

 

                Sensaciones fugases que nos sacan una sonrisa o nos dañan el resto del día.

 

El diablo nunca fue viejo y piadoso.[1]



Tomado de Facebook
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[1] Farsa. Thomas Erickson.

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