No sé en cuál de los dos sentidos que da la RAE me lleva a este blog. Si como Torcimiento o comba de algo que estaba recto o plano o Elevación o atenuación que se hace con la voz, quebrándola o pasando de un tono a otro, dadas las frases que me llevan a la reflexión[1] a partir de frases ajenas.
Carmina Burana habla sobre cómo el
destino de las personas está regido por los caprichos de la fortuna. Por lo
tanto, ante un futuro tan impredecible, lo más inteligente es disfrutar
mientras se pueda[2].
También le dio por reflexionar sobre esa manía
que tenemos de dejar señales a nuestro paso, señales de que estuvimos allí, de
que pasamos por allá. Sobre cómo esas huellas, al igual que esos grafitis tan
enrollados en paredes, edificios y pasos elevados, constituían el equivalente
urbano de las pinturas rupestres[3].
Pero a veces las huellas se desvanecen. ¿Te
acuerdas de esas películas de Drácula que siempre vas a ver cuando se te
presenta la oportunidad? ¿Recuerdas que él no se refleja en los espejos? Bueno,
ese eres tú, hijo mío…, así somos todos nosotros. Recorremos esta tierra,
trabajamos y amamos y formamos nuestras familias y luchamos por lo que creemos
y, aun así, somos invisibles todo el tiempo. Cuando desaparezcamos, no quedará
ningún rastro de que hemos estado aquí[4].
Tardamos en comprender que nuestras vidas
carecen de argumento. Al principio nos imaginamos en el centro de las grandes
luchas entre la luz y la oscuridad, héroes en pijama o con Levi’s, inmunes a la
gravedad que empuja a los demás hacia abajo. Más tarde, urdimos escenas en las
que los acontecimientos del mundo giran alrededor de nosotros como lunas, como
mariposas nocturnas alrededor de las luces de nuestros porches. Por último,
empezamos a comprender, dolorosamente, que el mundo ni siquiera reconoce nuestra
existencia. Somos lo que nos sucede, la gente que hemos conocido, nada más[6].
Aunque lo tomemos a broma, con el tiempo, los
días señalados de nuestras vidas se vuelven más conmemorativos que festivos.
Con el correr de los años, nos apasionamos cada vez menos. La palabra «menos»
define también aquello de lo que somos capaces, físicamente, emocionalmente y,
por fin, aquello que esperamos, aquello que aún creemos posible[7].
Pero cuando más tarde me miré al espejo, no vi
ningún destello; más bien un tedio que se lo tragaba todo. Me acordé de Walsh,
de lo viejo y gastado que me había parecido el día del funeral de LaVerne. Yo
no debía de estar mucho mejor; lo más probable, más bien, era que estuviera
mucho peor. Ya basta de ensoñaciones, me dije: hay cosas por hacer[8].
Me preguntaba cómo sabemos que aquellos cuyo
nombre ha perdurado son mejores, más inteligentes o más interesantes, solo
porque han resistido al tiempo… ¿Dónde quedan los olvidados?
Nosotros decidimos de qué queremos acordarnos y de qué no. El tiempo no tiene
nada que ver con eso. Al tiempo le da igual. Pero lo injusto de nuestra
historia, Brilka, es que no nos ha dado ni a ti ni a mí la posibilidad de
acordarnos de todo, también de todo lo olvidado, que también yo tengo que
seleccionar —para ti—, decidir qué es digno de mención y qué no; a veces creo
que es una tarea imposible. Lucho contra mi memoria, absolutamente subjetiva[9].
La
memoria nunca se ha servido demasiado del cronómetro. Siempre susurra: «Confía
en mí». Sin embargo, no es de las que aparecen cuando se las necesita, ni
mantienen el cuarto limpio, ni hacen la colada, ni se duchan con regularidad[10]. Las palabras
seguirán significando lo que se les antoja, ¿no? Por mucho que intentemos
controlarlas[11].
¿Discernimos alguna vez cuánto de lo que hacemos, de lo que decidimos, de lo
que ponemos en marcha, es consciente, cuánto no lo es en absoluto?[12].
Ahora mismo, no tengo demasiada compañía —el lenguaje, el acento y la
cadencia habían vuelto a ser los de su juventud—. Ni siquiera yo me hago
compañía[13].
… jamás volvió a ser como entonces. ¿Cuándo
vuelve a ser igual algo que has dejado atrás?[14]
Soy un libro y no
puedo leerme a mí mismo[15].
Conversación tan
deprimente, termino por decir, pero desafortunadamente no puedo leerme a mí
mismo.
[1] Reflexionar significa plantearse preguntas
sobre lo que se hace o lo que siempre se ha hecho y modificar los saberes y
conocimientos con los que se actúa todos los días, inclusive de manera
automática, sin cuestionarlo.
Enseña el doctor Google.
[2]https://mineria.org.mx/que-es-carmina-burana-y-su-importancia-en-la-cultura-popular/#:~:text=%C2%BFDe%20qu%C3%A9%20trata%20la%20historia,es%20disfrutar%20mientras%20se%20pueda.
[3] El regreso de Driver. James Sallis.
[4] Mariposas en la noche. James Sallis.
[5] Mariposas en la noche. James Sallis.
[6] El avispón negro. James Sallis.
[7] El ojo del grillo. James Sallis.
[8] Mariposas en la noche. James Sallis.
[9] La octava vida (para Brilka) -
Nino Haratischwili.
[10] El ojo del grillo. James Sallis.
[11] El ojo del grillo. James Sallis.
[12] El ojo del grillo. James Sallis.
[13] Moscardón azul. James Sallis.
[14] El avispón negro. James Sallis.
[15] La octava vida (para Brilka) -
Nino Haratischwili.
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