Había una vez un parque, con su correspondiente cancha de básquet, había sido remozado hacían unos dos años cuando mucho, estaba en buen estado (salvo los aros de la cancha que se los habían robado, supongo), no tenía filtraciones ni se hacían charcos, estuvo bien hecha la reparación, incluidas las líneas dibujadas para que sirviera de multipropósito, como se dice ahora (básquet, microfútbol, volibol y si se quiere, como lo hacen para los viejitos, con zona de ejercicios). De resto estaba en perfecto estado.
Les faltó volver a pintar las líneas correspondientes. Supongo que ese es objeto de otro contrato, para pagar otro favor, fácil y sin dolor.
el saber que con dinero ni siquiera la muerte
es igual para todos, por mucho que se empeñen los jodidos pobretones que sueñan
con alguna suerte de justicia. No era verdad eso de que a cada cerdo le llega
su san Martín.[1]
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