lunes, 8 de agosto de 2016

CON LOS AÑOS QUE ME QUEDAN POR VIVIR.



Cada vez que me inspiro escribo el respectivo blog. La idea inicial, dada la edad que tengo (Ya va a empezar… dirá mi alter ego), con los años que me quedan (va pues, ya va a empezar…). La cuestión es que ni siquiera me dejan empezar y ya me están juzgando (pobrecito, cómo sufre…)


Entonces, escriben ustedes o me dejan hacerlo a mí. Me tocó emberracarme! (Nooo, qué susto…). Dicen que en la esquizofrenia y en otros males semejantes, en donde el partícipe además del que es, comparte vida casi marital con otros yoes, imaginarios o no… (y dale con el cuento…)

Me acordé del premio nobel de… (antes de embarrarla consulte al dotor gugol! Dicen por ahí). John Nash, Nobel de economía, siendo matemático puro (recordé gracias a don gugol! Listo?)


Una de las mayores virtudes de Nash fue precisamente lograr identificar, en medio de su esquizofrenia, a todos esos personajes que le atormentaban la vida. A punta de esfuerzo y lógica logró centrarse en la vida real, haciendo a un lado cada personaje imaginario que se iba presentando, volviéndose seleccionador. Así logró sobrellevar su vida. (se dio cuenta de sus alucinaciones por lo que, usando la teoría de que todo problema tiene una solución, decidió resolver por su cuenta su problema psiquiátrico y así, con el paso del tiempo, aprendió a vivir con sus alucinaciones ignorándolas por completo.” https://es.wikipedia.org/wiki/John_Forbes_Nash). Con las ironías de su propia vida, murió al regresar en taxi de recoger un premio, junto con la esposa, su polo a tierra.


Retorno a Gloria Estefan:

Sé que aún me queda una oportunidad
Sé que aún no es tarde para recapacitar
Sé que nuestro amor es verdadero
Y con los años que me quedan por vivir
Demostraré cuanto te quiero.
Con los años que me quedan,
Yo viviré por darte amor

Me inspiro este blog con la Estefan, no propiamente, aunque no excluye, por el lado de las frases de amor. (Centradito, por favor, centradito. Voz a la que hay que hacerle caso omiso).

Tómenlo como quieran y haciendo el esfuerzo necesario, trataré de omitir los comentarios odiosos que pueden ingresar subrepticiamente. 

Escribo para mí, tratando de aclarar mis pensamientos, difusos en el tiempo, saltarines en el espacio. Ya iniciado el sexto piso de la vida, visto sin eufemismo mayor ni mentira especulativa menor, sin tener la presión de un ingreso obligatorio o esclavitud laboral alguna, pensarán otros, con la expectativa de concretar la pensión que me apoyará económicamente en el futuro, pienso que “Sé que aún me queda una oportunidad, Sé que aún no es tarde para recapacitar”.

Es el momento de recapacitar: lo que no se hizo en su momento, ya no es hora de hacerlo, no vale la pena. Es hora de pensar en que tengo una oportunidad, diferente a la de hace cuarenta, treinta, veinte y diez años. Una oportunidad de ver con cierta resignación el porvenir y con certeza la culminación de una vida, que lo que fue, fue y de la que ya no hay para qué arrepentirse. A nadie le quitan lo bailao y lo que no fue, ya ni llorar. Aceptación.

Otro punto importante para tener en cuenta es alejarse, al pensar en ello, del sentimentalismo. Ser objetivo, porque lo que es, es y añadirle adjetivos subjetivos no ayuda a ver con claridad, uno debe aprender a vivir sin eufemismos.

Abro paréntesis ilustrativo: Por poner un ejemplo, me han ofrecido seguros de vida y, casi siempre es una mujer que al ofrecerlo agrega, con voz entrecortada y totalmente hipócrita, Dios no lo quiera, usted está todavía muy joven. Siempre las he enfrentado manifestando que tengo claro que debo morir y la eufemística respuesta: no diga eso, que sigue siendo joven! El otro caso, hace como 30 años, en una operación que me hicieron, que no generaba riesgo y hasta ambulatoria era, al firmar mi consentimiento hice entrega de una copia de mi voluntad de la Fundación Pro Morir Dignamente. El médico me hizo cara inicial de rechazo, porque era una operación segura, sin ningún riesgo, le dije que sólo era por siaca. Años después, en otra operación, al expresar también mi consentimiento, antes de firmar me atreví a escribir “prohíbo cualquier tipo de resucitación”, casi no me operan, pero terminó haciéndose. Hoy, he venido depurando el documento que se llama Mi última voluntad, que creo que ya terminé, luego de la muerte de Tito Livio Caldas, que me sirvió para unos buenos detalles que contenía la de él. Cierro el paréntesis, no sin antes informar si alguien está interesado en el texto me lo puede hacer saber y se lo mando (jhernandezbayona@gmail.com).

“Sé que aún no es tarde para recapacitar” y por eso debo centrarme en lo que viene, con la aspiración de que sea lo más sano posible, física y mentalmente.

Por hoy este abrebocas, ya habrá tiempo para seguir pensando en los años que me faltan por vivir!

“El ensayista debe ser diverso, penetrante,  agudo, novedoso
y dominar el arte difícil de los puntos suspensivos.”


F. Savater. El arte de ensayar. 
(Eso es lo que espero, don Savater)

JHB. (D.R.A.)

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