lunes, 29 de agosto de 2016

SIN REMILGOS NI EUFEMISMOS



No estoy seguro de cuál fue el detonante para este blog, si fue un sueño –que así lo creo, pero que he olvidado-, un recuerdo, una frase oída en la distracción, pero como sea, a cierta edad, como la mía supongo, uno debe enfrentarse al seguro futuro que tiene, así, sin remilgo[1] alguno y sin eufemismo, al pan, pan y al vino, vino.

Me refiero a la voluntad que uno debe expresar en voz alta y estando en todos sus sentidos, si es que la vida tiene ese sentido. Es dar por sentadas todas las instrucciones que uno debe dar, pero que siempre evade porque esos momentos nunca llegarán, según se asegura uno mismo, pero que es más segura que la llegada de la muerte, en el momento más inesperado, porque uno nunca muere la víspera. Sin embargo, hay situaciones que antes de su llegada puede que ocurran y que uno, en silencio y en viva voz, grita para evadir su eventualidad, tales como enfermedades mentales seniles, estados de coma sin reversa y tantas otras que pueden ocurrir.

Pero bueno, me fui distrayendo del tema y estoy disparando a diestra y siniestra –tal vez erigiendo gárgolas[2] de protección-.

Decía que en la vida se presentan situaciones imprevistas unas, otras imprevisibles que cuando se debe actuar la misma situación lo inmoviliza a uno y le impide tomar una decisión clara y objetiva, de esas que sólo se toman con la cabeza fría. A eso me refiero, a la necesidad de al menos prever las diferentes situaciones genéricas que se puedan presentar, tampoco es llegar al detalle de ser previsivo con todo, porque lo más seguro es que a uno le ocurre lo que el detalle omitió y ahí, se perdió el año (en el detalle está el diablo).

Esto lo estoy diciendo en voz alta, simplemente porque llevo años pensándolo y saboreándolo, aún sin delicadeza, porque si las cosas son como son, para qué llamarlas con otro nombre? De mis últimos años –de vida, se entiende- trato de ser objetivo, no sé al momento de enfrentarme a ellas si la villanía de algunos de mis yoes me traicione, uno nunca está exento de uno mismo. 

No he podido entender cómo es natural evadir todas estas cuestiones, cuando lo natural es la misma muerte, la aceptación de la vida, tal como va llegando. Pero bueno, cada cual es dueño de su propio miedo, de su propia imprevisión y de llevar la vida y pensar en ella como le dé la gana y, por eso, estas letras son mías y pueden resultar ilustrativas o probatorias si cualquier cosa me pasa, aunque a los míos ya se los he dicho de más de una manera.

O tendrá por finalidad infundir de valor a otros? O sacudir a otros tantos? O simplemente, como se me acaba de ocurrir, lo hago para pasar el rato y dejar que las personas pías piensen en: Uyyy no piense en esas cosas, usté está muy joven… todavía! O mi mamá diciendo, me imagino, deje esas pendejadas! Con voz autoritaria y regañona. Tal vez, quienes se puedan sentir ofendidos, pueden con tranquilidad terminar la lectura aquí mismo

He dicho en voz alta que si me tocara una enfermedad terminal, lo único que me gustaría es no alargar esa vida que de dignidad no tiene nada, sino que me quitaran el dolor y todos los aparatos del caso. Para eso ya expresé mi voluntad con la Fundación a Morir Dignamente y el documento que firmé al respecto (a propósito lo ofrecí en otro blog, pero nadie escribió al haber sido ofrecido gratuitamente –aclaro para evitar cualquier malpensamiento-, por lo que deduzco que de los que conozco de cerca muchos lo tienen ya, y los demás porque sencillamente en esas cosas no se piensa. Como sea, problema de cada cual, no mío).

Una enfermedad mental, tranquila o agresiva, en la que uno ya se convierte en pesadilla y estorbo de quienes le rodean. No hay solución como un geriátrico, pagar porque lo atiendan y entiendan a uno. Por eso he manifestado a mis más próximos deudos –deudos porque se convirtieron en mis deudores de voluntad- que sin agüero, sin contemplación y sin tristeza me lleven a un lugar en donde se especializan en el tema, hasta el monto que cubra mi futura pensión, para no ser carga adicional para nadie. El estrato es lo de menos, por el monto de la pensión y porque ya loco, qué carajos le puede interesar a uno en dónde está? Por eso uno está loco! Y he agregado sin contemplación a quienes me han escuchado que una vez me internen, los libero desde ahora de responsabilidades, de tristezas, de culpas, porque no deben sobrellevar además de sus propias vidas, la ajena mía. Para qué visitarme? No los reconoceré, de pronto los agrediré, para qué enfrentarse a estas odiosas situaciones? No hay derecho, mejor que me recuerden como en mis mejores tiempos y se limiten a esperar la llamada que diga que el paciente pasó a mejor vida. Liberando la mía y la de ellos. Espero que tengan el coraje y la berraquera de hacerlo, aunque si no lo hacen, el problema será igualmente de ellos, yo ya estaré loco para hacerles reclamos! Que afronten consecuencias!

El otro, tema tabú y del que todos quieren evadir, como si Samarcanda no se acercara, es la simple muerte. El que se sienta agredido con esta lectura, nuevamente le recuerdo que está en su derecho de parar aquí y olvidar lo dicho.

Es un tema que da para rato y que espero volver a tratar en muchas otras oportunidades. Me limitaré al hecho: se muere y punto y ese punto es final, sin vuelta de hoja. Y de qué murió? De lo que sea, el hecho es que se murió punto. Sufrió? Creo que toda muerte es sufrida, aún el suicidio, porque el digerir la idea y tomar la decisión y aplicarla, requiere de mucho sufrimiento interno y… Esa eventualidad la he pensado, en el marco teórico –nadie está exento de una crisis bien profunda de ansiedad y depresión que toque estos límites-, lo único que me gustaría es que sea una muerte limpia –del suicidio también hay mucho de qué hablar, veremos si me animo-.

Pues bien, dada la cortedad del espacio del blog, para no hacerlo pesado, seré breve con este final (¡!). No necesito velación ni misa, en lo que a mi decisión respecta, pero como el difunto ya no decide, el problema –económico- será de quien tome la decisión contraria. No requiero de misa, porque normalmente ésta se produce varios días después de la defunción y creo que ya no tiene objeto penitencial, porque en el momento se pasa directico a la sala de juzgamiento celestial –si es que existe- y antes de la misa uno ya está juzgado y redirigido al lugar al que ha de pertenecer por toda la eternidad –si es que es cierta la promesa-. Entonces, sobra. Y las cenizas, por mí, en lo posible, cremado y no las reclamen, como para qué, botarlas por ahí para ver si sirven “manquesea de abono”? Para un osario nunca visitado? Olvidado? El recuerdo queda en el corazón y los osarios son los lugares menos visitados, menos recordados, para qué botar la plata que no se tiene? Y sí, previsivo soy y también he pensado que si muero como resultado de esos que no se pueden cremar, la solución es más sencilla de todas, la fosa común soporta cualquier cuerpo, dejen que las autoridades se hagan cargo de ese cuerpo que ya no sirve, al menos que les sirva de estorbo y deje de ser invisible por última vez. A los deudos también los libro de cualquier responsabilidad, culpa y de tristezas, celebren la vida de ellos, que son los que se quedan. Y a propósito, si nada de eso lo cumplen los deudos, por irresponsables que lleven la carga, y en la invitación a exequias –nombre tan curioso- debería decir simplemente se “murió Juan, si van a llorarlo, lo mejor es que no vayan, si van a reírse del difunto y de sus locuras, bienvenidos, esa fue su voluntad, pueden hablar en voz alta y el tinto lo reparten en la cafetería, no alcanzó a dejar pago el consumo”.

Última ironía:
“Descarga gratis en este sitio hermosos textos para tarjetas de funeral. Un funeral no solo es un momento religioso, que nos invade de angustia, misterio y tristeza, también es un momento útil, para compartir con familiares y amigos, el dolor, la esperanza y la amistad. La muerte de una persona es la ocasión para hacer un poco el balance de nuestra vida, así cuando nos toque a nosotros o a uno de nuestros seres queridos, darnos cuenta de lo que hemos vivido y la calidad de nuestras acciones. Algunos textos para tarjetas, como los que te presento a continuación, pueden ser de tu ayuda para dejar un bello recordatorio y entregar un lindo mensaje a las personas que nos acompañaron en la despedida de aquellos seres que ya no están con nosotros.”

Me lo encontré en Internet. Ja! De los que ya no están con nosotros, ja! Esa es la calidad de nuestras acciones! Ja!

Foto: JHB (D.R.A.)



[1] Remilgo. “Gesto o actitud que muestran delicadeza afectada o escrúpulos excesivos.”
[2]Las gárgolas fueron introducidas por primera vez en las catedrales de estilo gótico, eran utilizadas para el desagüe de las catedrales, que despedían el agua por los orificios de la boca de la escultura. Hay dos teorías de su significado: - Representan a un demonio huyendo de la iglesia. Especie de espantapájaros para ahuyentar a los espíritus malignos.” Wikipedia.

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