viernes, 2 de septiembre de 2016

SOBRE FACEBOOK Y REDES SOCIALES


La vida propia del secreto es desear escaparse:
cuanto más grave es, más cuesta guardarlo.

Eliette Abécassis. Qumrám

A raíz del tal “Caso ‘Eh, eh, epa Colombia’: de la viralidad al insulto” (http://www.semana.com/tecnologia/articulo/eh-eh-epa-colombia-de-la-viralidad-al-insulto/478868#), me llamaron la atención algunas afirmaciones hechas en ese artículo, que transcribo:

Nos gusta exponer casos de nuestra cultura que son exóticos y únicos, aunque tantos casos repetidos muestran que son más comunes de lo que pensamos”. (…) Para (…), Mauricio Jaramillo, ‘es positivo que se confirme que las redes sociales no son un mundo aislado y que lo que en ellas sucede tiene el potencial de trascender hacia toda la sociedad. Y esto no solo ocurre con hechos triviales, sino también, por ejemplo, con campañas de activismo o denuncias políticas y de corrupción, que generan impacto’. (...) ‘En su mayoría, reproducen lo que es tendencia en las redes sociales solo porque es tendencia y con el único fin de ganar en tráfico o sintonía, y pocos se esfuerzan por ofrecer análisis o agregar valor a sus contenidos´, asegura. (…) Sergio Llano, (…)  expresa que fenómenos como que el protagoniza la popular Chamitha Cheer ‘es un reflejo del valor que le dan los usuarios de las redes a lo que comparten y sobre lo que discuten en estas plataformas´. Llano cuestiona ‘si este tipo de contenidos tendrían tal relevancia en otras sociedades ¿o es una cuestión cultural en Colombia?’. La cantidad de insultos, agresiones, burlas y, en casos extremos amenazas, que ha recibido Daneidy Barrera en los últimos días superó todo tipo de límites. El estratega digital, Ricardo Fraile, hizo énfasis en este aspecto en un artículo que analiza lo ocurrido con el personaje. ‘Hay personas que no saben cómo enfrentarse al ciberacoso/ciberbullying y terminan bastante mal. Por fortuna, esta vieja es una berraca y tiene una autoestima, carácter y personalidad envidiables’, escribió. El profesor Llano hace hincapié en que particularmente los usuarios colombianos tienen niveles de imprudencia y grosería en sus publicaciones en redes que no se ven con frecuencia en otras sociedades. ‘Los colombianos publican con la concepción de que pueden decir lo que quieran, como si lo que escribieran no tuviera ningún tipo de consecuencia’. Mauricio Jaramillo analiza que en casos como este nacen como objeto de burla de los que lo inician, y van evolucionando en la medida en que llegan distintas audiencias a la discusión y se generan nuevos temas. ‘También entran en juego la identificación de las audiencias con estos personajes, y factores sociales como la discriminación –explícita o velada– por clase social, nivel educativo, raza o sexo–‘, explica. Quizá este sea el caso ‘Eh, eh, epa Colombia’ que pasó de la viralidad al insulto es el mejor retrato de una figura que había planteado con agudeza el fallecido escritor italiano Umberto Eco. ‘Las redes sociales le dan el derecho de hablar a legiones de idiotas que primero hablaban solo en el bar después de un vaso de vino, sin dañar a la comunidad. Ellos eran silenciados rápidamente y ahora tienen el mismo derecho a hablar que un premio Nobel. Es la invasión de los idiotas’.

Como transcribí en otro blog, imposible tapar el sol con el dedo (la luna, lento. Ya ni se acuerda de lo que escribe… decía Mao: Cuando señalas con un dedo a la Luna, en lugar de mirar a la Luna los estúpidos miran el dedo. Ante mi ego regañón, agacho la cabeza, no vaya y sea que me la corte).

Las redes sociales son… en principio diría, la mejor forma de perder el tiempo actualmente, pero con un doloroso peligro, es adictiva y no sé si ese sea el problema. La invasión de los idiotas? Eco tiene también razón, por eso hago eco a sus palabras (tan gracioso, me dice el ego payaso). Pero es adictiva.

Y también es un medio de anonimato –parcialmente invisible- ya que uno termina comunicado con un montón de gente que ni conoce, ni está interesado en conocer. Y desde allí uno se escuda de muchas cosas. Como la vergüenza, va perdiendo uno la vergüenza en lo que escribe o en lo que replica. Y perdida la vergüenza, da pie a que la intolerancia de uno mismo se vea replicada en la red.

Y hace uno comentarios venenosos y vergonzantes escudado precisamente en esa misma red que le permitió a uno interactuar con otros anónimos.

Y también se busca pelea, se casa la pelea y en cualquier momento, cuando uno se ve acorralado o perdido, simple: la fácil, el sacaculismo inmediato, bloqueo, se hace el pendejo y todo queda como si nada hubiera pasado, no hay lugar a sonrojarse.

Y también se vuelve permisivo, con un ataque ajeno, con un comentario, con una burla, uno la replica, la comparte, sin importar las consecuencias, porque no fue uno el que la inició, tiene a quién echarle la culpa, porque a mí me la mandaron.

Y uno la embarra, puede que se arrepienta, pero no pide disculpas, en las redes no hay disculpas, somos anónimos y no somos responsables ni de lo que decimos, ni de los que compartimos y menos si nos arrepentimos.

Las redes están diseñadas para la irresponsabilidad completa. De esa manera hemos perdido la vergüenza, el rubor y hasta la decencia.

Pero no nos salimos de ellas, seguimos allí, cada día, cada hora disponible o no, ahí alimentándonos, curiosa e irónicamente, de información saludable y odiosa, positiva y venenosa, de quienes creen en ángeles, de intolerantes religiosos, de santos impuestos y hasta extremistas de los mismos, resaltando algo bueno del gobierno, pero odiando y destilando pestilencia contra lo político.

Verdadera contradicción entre los mensajes. Y lo confieso, soy adicto diario –a pesar de tener mis horas para el ocio, para el desahogue, para destilar veneno, para la ironía que aprovecho-.

Una curiosidad que no he logrado digerir totalmente, ante mi falta de especialidad en temas de redes –sociales y hasta eléctricas, aclara el ego que trata de mantener mi cordura-, dentro de mis contactos me he dado cuenta que el mayor número de usuarios es femenino, creo que más del 80% de contactos míos son mujeres, a ratos pienso que me equivoqué de lugar, pero otras veo que de pronto es la medicina para la parte femenina que habita en mí. Y además, si no lo han notado, la gran mayoría de mensajes que fluyen por el Face son escritos por mujeres y para mujeres, pero aún así me divierto o me conduelo con ellos o los tomo para mí.

Confieso que soy un adicto, espero no llegar a ser un idiota.

Y, luego de releer lo escrito, veo que “uno” escribe y repite hasta el cansancio, que es “uno” el que está pensando eso, no otro, ni nadie diferente a “uno mismo”, es el uno indeterminado que no usa el yo, el mí, ocultándose como uno se oculta en las redes, a pesar de que su nombre o apodo le identifique en el perfil y uno puede decir la verdad escueta, puede mentir, puede hacer las dos cosas al tiempo, disfrazar la una con la otra y la otra con la una, y nada pasa. Ese es parte del misterio de las redes, como lo es la noticia que, generalmente irresponsablemente se comparte, porque no se verifica, se han matado actores, escritores, filósofos y otros seres, estando vivos.

Lo curioso es que no he visto que se maten por anticipado políticos, nunca los he visto morir en vida, a ellos les va bien, en esto, al parecer; aunque también es verdad que noticias de políticos dan lugar a que la bilis mía se derrame, en cuanto aparece la podredumbre de ellos. Y siendo los políticos (ya se va a meter en política, líbranos señor, me dice el ego pacifista), con qué descaro le mandan a uno publicidad o comentarios que les favorecen, citando como ejemplo al hijo de la Zucardi y del García, hoy senador heredero de los dos, ambos presos, hablando de honestidad. Pero como dijo mi ego, bajémonos del bus de la política, no me ayuda en nada y me envenena el corazón, como se habrán dado cuenta.

Y sigo siendo adicto y en los momentos en que hago uso del Face parezco locomotora pasando y pasando mensajes, ayyyy tan lindo ese! Uyyyy mucho hijueputa ese otro! No, cómo se le ocurre! Sí, es cierto! Pura carreta! Quién sabe quién dijo esas palabras! Pero como es de bruto, eso no lo dijo García Márquez, lo dijo Sócrates! Bonita foto! No le voy a abrir la puerta, ya estoy mamado de mensajes de esos! Que le dé me gusta, las g…! Con esos mensajes, sí soy racista, sí, antirreligioso, sí, intolerante, porque me mama con que me digan que dale like si… o si no le das like es que eres… sí, en esos casos sí, soy un hijueputa, así con todo y sin eufemismos.

Luego encontré en el portal de una iglesia las obras de misericordia espirituales y como caídas del cielo entendí parte de mi misión en este mundo y, por ello, todo lo que diga, comente o determine en los casos que enunciaré, han de entenderme porque estoy cumpliendo los sagrados cometidos religiosos y para ganarme el cielo debo practicarlos (aunque no dicen cómo):
DAR  CONSEJO AL QUE LO NECESITA (todos lo necesitan, no podrán decirme ni impertinente ni metido)
ENSEÑAR AL QUE NO SABE (la letra con sangre entra!)
CORREGIR AL QUE SE EQUIVOCA (sin comentarios, todos andan equivocados)
SUFRIR CON PACIENCIA LOS DEFECTOS DE OTRO (con este cada día me aproximo al cielo)

Pero he aprendido (ja! oigo decir alto y claro al ego irónico), he aprendido a controlarme, bueno a tratar de controlarme. A veces cedo al primer impulso de compartir, de hacer un comentario, pero, ahí sí, la voz buena que tengo en  la cabeza (tiene? Oigo a don irónico) me hace recapacitar y ya, medianamente controlado, dejo pasar el mensaje o no lo comparto, recordando que ante la duda, abstente!


Por eso soy un  adicto, quisiera corregirme, pero no he podido, porque ha sido la forma en que un anónimo como yo, puede camuflarse en este mundo invisible, mundo irresponsable, injusto y todo lo que se quiera, aunque siendo sincero, no sé si quiero corregirme, dejar a un lado esta adicción.

Foto: JHB (D.R.A.)

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